Se instala el caos en Plaza de Armas

2015-07-20 02:58:37

DESOLADA. La Plaza de Armas tambi�n est� desfigurada por las obras del Tren Ligero (Foto: Alfonso Hern�ndez)

Las cuatro doncellas miran en lontananza. Resguardan los pasos de quienes las visitan, pero también atestiguan el paso del tiempo y de las estaciones, de los verdes y florales paisajes de primavera, hasta los fríos y grises días de invierno. Las cuatro llegaron desde Nueva York directo al centro de Guadalajara, desde la década de 1920, como parte de las estrategias de decoración de los espacios públicos.

Como se usaba en esa época, el gobierno hacía peticiones a escultores y firmas del extranjero, y esa vez no fue la excepción, Las Cuatro Estaciones, el conjunto escultórico en bronce que decora la Plaza de Armas, se fundió en J.W. Fiske & Company, una casa manufacturera de objetos decorativos en bronce, situada en La Gran Manzana, pero ahora, las adustas efigies fueron removidas algunos metros de su ubicación original a causa de las obras de construcción de la Línea 3 del Tren Ligero.

En ese contexto, la Plaza de Armas luce desfigurada. Una lámina divide casi la mitad de la superficie, a causa de las obras y además de remover las esculturas, también se retiraron una veintena de bancas, parte del piso y luminarias.

Aunque las esculturas veían a los tapatíos por cada una de sus esquinas, ahora las cuatro están separadas por unos metros, en las jardineras que están a un costado del Palacio de Gobierno.

Si la gente quiere llegar a este espacio hay que rodear, por Hidalgo o Juárez, porque el paso por el andador Morelos y Pedro Moreno está cerrado.

El cronista e historiador Juan José Doñán recordó que desde su fundación, en el siglo 19, este espacio ha sido uno de los más importantes centros de reunión de los tapatíos, aunque desde entonces ya ha sufrido algunos cambios.

Para las fiestas del centenario de la Independencia, en 1910, se renovó el kiosco; todavía no estaban Las Cuatro Estaciones, pero sí había un par de esculturas en mármol, a los costados del balcón principal de Palacio de Gobierno, en alegoría a la guerra y la paz. Luego fueron regaladas a los estados de Colima y Guanajuato y para renovar al mobiliario ornamental, se pensó en ese conjunto escultórico, una alegoría también del mundo pagano, pero para evocar a la primavera, el verano, el otoño y el invierno.

Durante el gobierno de Flavio Romero de Velasco, a finales de los 70, las esculturas se sometieron a un proceso de rehabilitación, recordó Doñán.

“Dice la leyenda urbana, no tan leyenda, que en lugar de rehabilitarlas, se mandaron fundir unas copias, que se aprovechó la restauración para mandar fundir unas réplicas y que alguna autoridad de ese momento se quedó con las piezas originales, porque las piezas que regresaron a la Plaza de Armas se veían muy relucientes, parecían nuevas, pero no parecían, eran”, afirmó el cronista.

Aunque no se tiene la certeza, podría ser que las esculturas no sean tan antiguas como aparentan, pero si tienen valor simbólico para los habitantes de la ciudad, completó el autor y promotor cultural.

Mientras tanto, las prudentes mujeres de bronce siguen como testigos del cambio del paisaje. El céntrico espacio se desconfigura como la extensión del caos que se extiende por avenida Alcalde y para algunos parece un problema.

Alicia Aguilera, quien desde hace 25 años vende globos y otros juguetes para niños en la plaza, resaltó que el cierre parcial del espacio es muy molesto, para ella y para sus potenciales clientes.

“La gente tiene que rodear para llegar a la plaza, no hay lugar casi para sentarse, quedó muy reducido el espacio, la gente se molesta porque no se puede ni caminar y las ventas también han bajado porque la gente anda poco por aquí”, explicó Aguilera.

A José Zazueta, un turista de Guanajuato, le tocó la mala suerte de las obras, de encontrar al centro en completo caos, pero incluso así, se mostró comprensivo.

“Yo entiendo que la plaza esté cerrada, comprendo que están en obras para tener mejores vialidades y que hay que hacer un esfuerzo para tener una mejor ciudad, no he tenido problemas para andar por la ciudad, pero sí me hubiera gustado ver mejor el esplendor del centro”, definió el turista.

El ícono

  • La Plaza Fundadores data del siglo 19
  • Su  nombre oficial es Plaza de la Constitución
  • Entre las intervenciones que se le han hecho está una renovación, en 1910, por el centenario de la Independencia

 

DN/I

 
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