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Fuego arrasa población de flor microendémica

DETALLE. Esta especie de planta crece de 15 a 20 centímetros en cañadas húmedas. (Foto: Especial)

Una de las únicas cuatro poblaciones de flor microendémica de La Primavera, es decir, que posiblemente es el único lugar en el planeta donde se distribuye, fue arrasada en abril por uno de los incendios que azotaron al bosque; esa en particular era la ubicación que tenía mayor número de individuos y sólo unos pocos sobrevivieron, lamentó la botánica Leticia Hernández López, quien estudiaba a esa especie cuando el fuego la alcanzó en el cerro de Planillas.

Se trata de Lobelia villaregalis, una hierba que florea 11 meses al año y tiene predilección por las cañadas bien conservadas, motivo por el cual los biólogos de la Universidad de Guadalajara (UdeG) solamente la han localizado en cuatro puntos de La Primavera en zonas alejadas de los senderos turísticos.

“Todo el año pasado estuvimos tomando datos de esa planta y de repente fuimos, no habíamos podido acceder por todo lo de los incendios, yo haciendo cruces para que no fuera esa zona, y ya fuimos y no había nada, teníamos ya varios años estudiándola, fue una de las zonas que la arrasaron en abril y estamos verificando las otras poblaciones para ver si todavía existen”, dijo la botánica en entrevista.

“Era el área de mayor densidad (cantidad de ejemplares respecto al territorio), por eso estábamos trabajando ahí con más énfasis porque era donde las plantas estaban concentradas; había un paredón, le gusta crecer en paredes. Solamente se conoce hasta ahora en La Primavera, es microendémica”.

Pero los incendios no han sido el único factor que merma las poblaciones de este tipo de especies exclusivas de la reserva, sino la urbanización. De acuerdo con un artículo científico publicado en 2008 por Hernández López, la primera población de L. villaregalis que se identificó en 1968 por la reconocida botánica Luz María Villarreal de Puga, en la sierra de La Venta, desapareció por el asentamiento humano que lleva este último nombre, además, reporta que se desviaron los arroyos nativos que ahora encauzan aguas negras.

Debido a su especificidad para desarrollarse y reproducirse, la bióloga ve difícil que se recupere la planta cerca del cerro de Planillas que recién se quemó. Asimismo, falta verificar cómo se encuentran las otras tres poblaciones después de haber pasado los meses más duros de la temporada de estiaje.

“La planta tiene unas semillas tan pequeñas que parecen un granito de polen, entonces para que realmente una especie así se establezca debe de haber las condiciones ideales y no sabemos cómo responda a los incendios, creemos que es muy difícil (que se recupere), pero vamos a ver qué resulta”, comentó.

“Lo único que pude cuantificar fue como unos 10 individuos en un huequito (en la zona quemada), pero cuando estamos hablando de una densidad alta de plantas eso no es nada. No sabemos qué va a resultar”.

Pese a haber sido descubierta por la botánica Villarreal de Puga, la flor fue registrada científicamente hasta 1986 por un biólogo de apellido Ayers quien, en honor a su descubridora, la nombró L. villaregalis.

“Lo único que pude cuantificar fue como unos 10 individuos en un huequito (en la zona quemada), pero cuando estamos hablando de una densidad alta de plantas eso no es nada”

Leticia Hernández López, botánica

Lobelia villaregalis

Es una hierba perenne con pequeñas flores rosas-moradas presentes de enero a noviembre; pertenece a la familia Campanulaceae. Crece de 15 a 20 centímetros en cañadas húmedas en bosque de pino-encino, aunque sólo se ha encontrado en La Primavera y por ello es considerada microendémica

JJ/I