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Sólo Jazz celebra su 29º aniversario en el Teatro Degollado

(Foto: Especial)

Para celebrar el 29º aniversario de Sólo Jazz, de Sara Valenzuela, esta noche se presenta el concierto Myra Melford y Ben Goldberg: Dialogue, un duelo de creativos de piano y clarinete en el Teatro Degollado. La cita es las 20:30 y los boletos van de 50 a 120 pesos.

De acuerdo con información compartida por los organizadores, Myra Melford es una de las pianistas y compositoras del avant garde más reconocidas en el mundo. Fue descrita por el San Francisco Chronicle como “una pianista explosiva, una impactante virtuosa que impacta y alivia, y que puede hacer con el piano cosas para las que no parece haber sido diseñado”. No suena como nadie y nadie suena como ella. La composición e improvisación interactúan al mismo tiempo ingeniosamente en su trabajo, una fortaleciendo a la otra. Guiada por ese mismo irresistible espíritu, los diferentes idiomas y eras se unen, desde el jazz, blues, y folk global hasta varios rincones de la tradición clásica y la vanguardia.

Ben Goldberg aparece en el radar en 1992 con su grupo New Klezmer trio y desde entonces se ha consolidado como uno de los más vibrantes, flexibles e inventivos clarinetistas del jazz y la música de improvisación. “Un artista que siempre encuentra melodías hermosas al final de cada camino”.

Tanto Melford como Goldberg parecen haber internalizado el blues hasta tal punto que perfuma casi todas las composiciones o líneas de improvisación. Los dos comparten el dominio absoluto de sus instrumentos y una confianza intrépida. Casi todo lo que hacen se centra en el respeto a los casi 100 años de jazz que les han precedido, por muy amplia que sea su órbita.

Sin importar sus diferentes influencias ambos han entrado por una puerta que fue abierta por primera vez por Thelonious Monk, otro músico que absorbió completamente el blues, según abunda el documento. Tienen sus propias voces distintivas, pero se han expandido en la ideosincrática aunque férrea concepción armónica de Monk, en su amor por la melodía, sus desplazamientos rítmicos, y particularmente de Melford, su fascinación por los pequeños motivos de sonido. No se sabe donde Melford podría haber contraído el virus Monk, pero Goldberg estudió con su discípulo, Steve Lacey.

Melford, por abstracta que sea su música, sigue siendo apasionadamente concreta, física. Goldberg, por muy visceral que sea, tiene un estilo casi budista, de desprendimiento, una especie de calma en el centro de la tormenta de la improvisación, y eso no quiere decir que tenga poco sentimiento, el desapego requiere un compromiso apasionado.

Dialogue ofrece dos maestros en el trabajo en un nivel muy alta. Juguetón, aventurero, rumiante, festivo: toa una amplia gama de emociones, incorpora una variedad de estilos y se niega seriamente a tomarse demasiado en serio.

JJ/I