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Lecciones periodísticas

La pandemia nos ha traído un estado de excepción. 

La vida personal y profesional se ha distorsionado en casi todos los ámbitos. Las cosas más fáciles y elementales hoy se vuelven pesadas y desconcertantes. El ejercicio periodístico también vive jornadas extraordinarias. 

Fuimos testigos de publicaciones internacionales que han puesto su atención en las cifras sobre contagios y fallecimientos a causa del nuevo coronavirus en México. En sendas publicaciones lanzadas el mismo día: The New York Times, The Washington Post, The Wall Street Journal y El País argumentaron que hay un subregistro muy importante de casos. 

Tales catedrales periodísticas nos mostraron distintas formas de atacar una investigación. Acaso la más refutada (por tener las fuentes más débiles: anónimas) fue la del diario neoyorquino. 

El argumento central del Times es que la cifra de fallecimientos real de la CDMX es tres veces mayor que la reportada por la Secretaría de Salud. Cabe hacer mención que Hugo López-Gatell ha explicado una y otra vez que los fallecimientos son un estimado que puede estar sesgado, tanto por un desfase temporal como por un subregistro acreditado a las personas que capturan los datos desde cada entidad. 

El viernes pasado López-Gatell y sus invitados a las conferencias vespertinas lo volvieron a explicar. Son datos claros, pero por el método usado son cuestionables. Lo fueron antes, lo han sido y lo serán. 

El argumento del Post es similar en cuanto al subregistro, pero ellos hicieron una labor de verificación directa: reportearon desde funerarias y aunque su muestra no es representativa, lograron documentar la falta de conteo de muertos con SARS-CoV-2. 

El Journal atajó el tema con la afirmación de que las muertes por Covid-19 son clasificadas incorrectamente. Ante tal afirmación, López-Gatell dijo que es común que muchos fallecimientos por neumonías atípicas no sean clasificados con el nuevo coronavirus y otras enfermedades pulmonares específicas por la dificultad que hay (desde antes de la epidemia) para comprobarlo. 

Finalmente, El País puso en perspectiva la misma discusión. Dan cuenta de lo común que es el sesgo en las cuentas en diferentes países del mundo y revive el debate sobre el uso masivo de las pruebas para detectar el virus. Analizan el modelo Centinela que impera a nivel federal con críticas válidas de distintos expertos. 

Por esto, el subsecretario volvió a reconocer que no hay, en todo el orbe, la contabilidad perfecta. Defendió que su metodología permite detectar los casos más graves para atenderlos y no ve la necesidad de aplicar más pruebas de detección (este punto ha representado una discusión pública con el gobernador de Jalisco). 

Hasta ahí, todo dentro del mejor debate público, como debe ser. En un video especial que hizo López-Gatell insinúa una campaña de desprestigio y su argumento es que las publicaciones se hicieron sincronizadas. ¿Acaso importa? 

El subsecretario indicó que las conferencias están abiertas para los corresponsales internacionales y cualquier medio de comunicación. Es notable que los periódicos importantes en CDMX (es una falacia que existan en México impresos nacionales) prácticamente nunca participan ni en la mañanera ni en la rueda de prensa de López-Gatell. Esto se debe a la participación masiva de diferentes medios digitales emergentes y advenedizos como Lord Molécula y Sandy Aguilera. 

Por último, la del estribo la dedico al insulso error de la reportera enviada por la OEM y a la falta de respuestas concretas de López-Gatell a las preguntas de Nurit Martínez (del mismo grupo editorial). Grandes lecciones periodísticas nos está dejando la pandemia. 

Twitter: @cabanillas75

jl/I