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Políticos no tienen voluntad para combatir corrupción

(Foto: Especial)

A pesar de que a nivel nacional y local existe leyes anticorrupción, este no ha dado los resultados que se esperaban, porque no existe voluntad política de terminar con la corrupción y solo se utiliza como un discurso, indico la doctora Mónica Montaño Reyes, directora del observatorio de Estudios políticos, académica de estudios políticos de la Universidad de Guadalajara.

“Si un gobierno realmente quisiera terminar con la corrupción o abonar a que la corrupción se reduzca, no basta solamente hablarlo con discursos sino cambiar la manera en la que se llevan muchos procedimientos administrativos, y si un gobierno quisiera realmente revertir la corrupción mostraría de manera más sencilla todo el proceso que tiene para otorgarle a alguna empresa la construcción de una obra pública”.  

Al no definir claramente la corrupción, es sencillo que los gobiernos a través de campañas de comunicación manipulen estos términos para que las personas perciban que sí la están combatiendo, pero que en realidad no están diseñando herramientas con este fin, indicó la académica de la Universidad de Guadalajara, Mónica Montaño.

“No solamente tener un discurso de estamos en contra de la corrupción, este gobierno va a terminar con la corrupción en ese sentido retorico que los políticos utilizan sino en mostrar herramientas que más allá que tengan un diseño institucional efectivo, se cuente con los indicadores, con los datos que muestren cómo se está atacando a la corrupción”.

También, Mónica Montaño, directora del observatorio de Estudios políticos, explicó que no es posible medir la corrupción porque son datos que están ocultos y no se revelan, además algunos otros no son monetarios, sino afectaciones al medio ambiente o a la movilidad.

“Por mucho tiempo el gobierno ha dicho la corrupción nos cuesta tanto, la corrupción nos cuesta tantos millones al año, y es que estos números carecen de una base totalmente fiable para decir que esa es la cantidad justa que nos cuesta la corrupción, la mayoría de los que hacen este tipo de cálculos toman como referencia la dificultad para abrir nuevos negocios”. 

EH