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Diez años del Camino Real de Tierra Adentro

(Aniversario. La inscripción en la lista de la UNESCO fue realizada el 1 de agosto de 2010. Foto: Especial)

Las caravanas salían desde la Ciudad de México iniciando un recorrido, el cual, si todo salía bien –lo que implicaba no ser atacados por bandidos, no sufrir fallas en las recuas o llevar los víveres suficientes para atravesar el desierto de Chihuahua—, requería más de seis meses para llegar al punto final de aquel itinerario, en Santa Fe, Nuevo México. 

Con aproximadamente 2 mil 600 kilómetros de extensión entre lo que fue la capital virreinal y los pueblos más septentrionales de la Nueva España, el Camino Real de Tierra Adentro conmemora, el 1 de agosto, 10 años de su inscripción en la Lista de Patrimonio Mundial de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO). 

En el marco de la campaña Contigo en la Distancia, de la Secretaría de Cultura (SC) federal, expertos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) reflexionan no sólo acerca de la década cumplida, sino también en torno a la otra, aquella que, prácticamente, se requirió para elaborar y evaluar el expediente técnico que hizo posible la declaratoria internacional. 

En entrevista, Luz de Lourdes Herbert Pesquera, Francisco Vidargas y Rosana Martín del Campo, directora, subdirector y responsable de Proyectos Especiales, respectivamente, en la Dirección de Patrimonio Mundial del INAH, recordaron que la redacción del citado expediente inició en 2001. 

Seis años más tarde se dio por finalizado el documento, gracias a la colaboración de académicos, gestores culturales, autoridades y miembros de la sociedad civil de cada uno de los 55 sitios históricos de nuestro país integrados a la ruta patrimonial. Así, en 2008, México presentó la candidatura oficial ante el Comité de Patrimonio Mundial. 

“Dada la magnitud del proyecto, en 2009, la UNESCO resolvió enviar dos misiones de evaluación para conocer y analizar la ruta”, puntualizó Vidargas. Ello implicó el estudio de una variedad de sitios, entre monumentos históricos, paisajes, cuevas con manifestaciones rupestres y pequeñas construcciones de caminería en Ciudad de México, Estado de México, Querétaro, Zacatecas, Hidalgo, Jalisco, Guanajuato, Aguascalientes, San Luis Potosí, Durango y Chihuahua. 

La inscripción registró como punto de partida la Plaza de Santo Domingo, en la Ciudad de México, y el Valle de Allende, en Chihuahua, como el más norteño de los sitios considerados. Entre ambos lugares existe una amplia variedad de contextos, jerarquizados en ciudades capitales, ciudades medias, pueblos, haciendas, puentes y tramos históricos de caminería. 

Además, al total de 55 sitios se añaden cinco más: los centros históricos de Ciudad de México, Querétaro, Guanajuato, Zacatecas y San Miguel de Allende, mismos que, antes de 2010, ya figuraban en la Lista de Patrimonio Mundial. 

Francisco Vidargas acotó que los sitios del Camino Real de Tierra Adentro que hoy se ubican en territorio de Estados Unidos no están incluidos en la inscripción de la UNESCO. Se localizan en los estados de Nuevo México y Texas, y son administrados y conservados por el Servicio de Parques Nacionales del vecino país. 

jl/I