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Teatro por WhatsApp en catorce episodios

(INTÉRPRETE. Leonardo Sbaraglia forma parte del reparto de esta innovadora obra. Foto: Cortesía EFE)

Jaime Lorente, Cecilia Roth, Leonardo Sbaraglia y María Valverde conversarán vía WhatsApp con cada uno de los espectadores que compren su entrada para un experimento teatral diferente y personalizado, donde a través de su teléfono durante 14 días recibirán mensajes que forman una historia de amor. 

Se trata de un proyecto que empezó en Uruguay y siguió con gran éxito en Argentina y ahora llega a España de la mano de Scenikus Streaming, Amor de cuarentena, nacido para acompañar a la gente “en estas circunstancias –dice Sbaraglia a Efe en un video de WhatsApp– porque creo que hemos logrado hacer un trabajo muy lindo”. 

Sbaraglia, que permanece confinado en su domicilio de Buenos Aires a causa de la pandemia, no ha dejado de trabajar “por todos los medios” que ha podido; así, hoy se felicita de poder “hacer ficción a cargo de uno de los dramaturgos más importantes de la Argentina”, Santiago Loza, creador de los textos que los actores arman a su gusto. 

Son 14 episodios que simulan la aparición de un ex, “de un viejo amor que vuelve del pasado”, explica el actor argentino, que durante dos semanas irá enviando mensajes de WhatsApp en los que reconstruye un vínculo amoroso imaginario; también fotos, videos y canciones. 

 “Tiene mucho de ficción, pero también se cuenta con el modo de vincularse del espectador con esa ficción; por la experiencia que hemos podido recoger en Argentina, la gente que está viviendo la experiencia asegura que es maravilloso”. 

Para Sbaraglia, “es hermoso lo que sucede a nivel artístico pero también a nivel humano porque uno, sin pretenderlo, quizás también estimula su imaginación y el propio contacto con uno mismo”. 

Él comenzó esta aventura en Argentina con Cecilia Roth, que es una de las voces que puede comprar el espectador por los 9 euros de su entrada, y ahora sigue también en España; con ellos, Jaime Lorente y María Valverde, todos ellos dirigidos por Guillermo Cacace, en un trabajo que reserva parte de lo recaudado a la Federación Española de Bancos de Alimentos (Fesbal). 

Así, Amor de cuarentena es una experiencia sonora próxima porque cada oyente podrá seleccionar al intérprete con quien quiera realizar esta experiencia, y en esos 14 días de cuarentena, reconstruir un vínculo amoroso imaginario. 

El terreno en el que se mueve Amor de cuarentena es el mismo en el que antes se vivía el amor de cerca, con “miradas, olores o caricias”, presionado después por la llegada de lo digital; y aún faltaba un giro de tuerca más: el confinamiento. Pero eso no pudo con las emociones. 

Así, apunta Loza, todavía nos agita “esperar cada día un mensaje, como quien abre una galleta de la fortuna, como quien consulta el horóscopo en el diario. Cada día un mensaje venido desde lejos nos espera, nos distrae, nos renueva la ilusión. Una presencia, una espera”, resume el dramaturgo. 

Para el director, Guillermo Cacace, “lejos de ser los soportes virtuales instancias que suplan lo presencial, queremos tornarlos, reducirlos a su carácter de medio. Pero así como el cine no suplió al teatro, sino que vino a instalar un nuevo lenguaje, estas experiencias, experimentos son el intento de balbucear otros posibles”. 

Su deseo, agrega, es que “la actuación y una literatura poética se filtre por los ciberdispositivos y convoque cuerpo”; y que el dispositivo no sea nunca un fin, sino que quede reducido “a ser el medio e indagar qué operaciones artesanales habilita”. 

jl/I