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Dr. Google

Es una escena común de nuestros días, incluso desde tiempos prepandémicos. Despertamos con una nueva dolencia o síntoma extraño y le preguntamos a quién más nos conoce: doctor Google, ¿qué tengo? 

No sé si algún estudio haya medido si dicho hábito es de ayuda o no en la búsqueda de un diagnóstico acertado, pero lo que es innegable es que la tecnología está inmersa en todas las áreas de nuestras vidas. 

Aunque no nos puede dar consulta, para lo que sí sirve doctor Google es para identificar patrones generales que alertan sobre posibles brotes epidémicos tales como la actual pandemia que hoy nos aqueja. 

El más reciente estudio publicado en la revista JAMA Internal Medicine a cargo de investigadores de las universidades de California en San Diego y John Hopkins, entre otras instituciones, muestra un alza en las búsquedas relacionadas con ataques de ansiedad y pánico en Estados Unidos a partir del 13 de marzo, cuando su presidente declaró que estaban en una emergencia sanitaria nacional. 

¿Será que en México nos enfrentamos a una crisis similar en materia de salud mental? Una breve ojeada a Google Trends (que no es lo mismo que un artículo científico) muestra que la frase “ataque de ansiedad” alcanzó su mayor popularidad en lo que va del año en los días 12 de abril, poco después de que terminamos las vacaciones de Pascua, y 16 de junio, justo cuando el subsecretario de Prevención y Promoción a la Salud, Hugo López-Gatell, había anticipado uno de los picos de contagios. 

En esta pandemia, otra de las promesas revolucionarias era la de la telemedicina, que no es lo mismo que googlear un puñado de síntomas. ¿Qué han hecho hasta ahora las instituciones de salud pública en ese respecto? Existe un programa del IMSS que data de algunos años, pero en el contexto pandémico no se ha sabido de medidas específicas y más bien parece que la teleconsulta crece en el sector privado. 

Y es justo en áreas como la salud mental en las que hay gran potencial de crecimiento para la telemedicina, al menos en la atención de pacientes a distancia, pues pocas veces se requieren revisiones físicas. Ahora es el momento de aprovechar estas herramientas. Pero lo más probable es que, como ha sido desde hace mucho tiempo, la salud mental esté al margen de la política pública.  

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jl/I