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Riquezas

La Independencia de México parcamente festejada como consecuencia del aislamiento que provoca el coronavirus hace rememorar los principios de la Constitución de 1917 sobre la propiedad de la nación de los recursos naturales del país. 

Ahí están las viejas luchas por el manejo del petróleo, la energía eléctrica y las riquezas minerales. En todos los casos se han observado retrocesos sobre esas propiedades nacionales, pues en todas existen jugosas concesiones y hasta entrega en propiedad a particulares. 

Por eso se debe poner atención al litio y su futuro en el país. Este mineral es utilizado en las baterías de los dispositivos móviles tan en boga en el mundo y se estima que representará la gran riqueza futura, pues su empleo en la tecnología es cada vez mayor, con una proyección de mercado con valor de los cien mil millones de dólares para 2029. 

México cuenta con el yacimiento de litio más grande del mundo en Bacedéhuachi, Sonora, con depósitos estimados en 243.8 millones de toneladas, superior en 10 por ciento al de Bolivia, donde el elemento significa hasta 60 por ciento de su PIB. 

En México, el litio no está sólo en Sonora, sino en Baja California, San Luis Potosí y Zacatecas, entre otros, lo que puede representar una gran riqueza para esas poblaciones. 

En esta materia existe una iniciativa de Ley, presentada por el senador de Morena, Alejandro Armenta, para que el litio sea catalogado propiedad de la Nación y se defina como “inalienable e imprescriptible”, además de que no se permita el otorgamiento de concesiones sobre el mismo. 

Habrá que estar muy atentos al futuro del Litio, pues actualmente existen al menos 31 concesiones de explotación del elemento, 15 de ellas extranjeras. 

SUSURROS 

Signos de esperanza arroja el informe del IMSS sobre el empleo formal del mes de agosto, con la generación de 92 mil 390 nuevas plazas, segundo mes con incremento, en julio 36 mil 600 empleos. 

Desde luego que estas cifras son pequeñas frente al millón 117 mil empleos perdidos en el primer semestre del año, pero significa un importante cambio de tendencia que se espera se mantenga a lo largo de estos meses faltantes del 2020. 

También la actividad industrial creció en julio 6.9 por ciento en relación al mes anterior, lo que hace pensar que lo peor de la crisis ya pasó, ojalá así sea. 

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