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Decisiones mediante algoritmos 

Alcanzamos el futuro. NTR informó que Phoenix, Arizona, es la primera ciudad que cuenta con el servicio de taxis sin conductor. Waymo es la compañía que, con una aplicación, ofrece el servicio. Ya desde 2018 en esta columna hablamos de las pruebas que se hacían a manera de prototipo y hoy es un servicio comercial. 

Lo importante aquí es destacar los avances en los últimos tres años en la inteligencia artificial y el Internet de las cosas, que han logrado que las máquinas decidan por los seres humanos. Los taxis autónomos deben decidir en infinidad de situaciones de peligro por la mejor opción que salvaguarde a los pasajeros, a otros conductores e incluso a los peatones. 

Ponernos a pensar en esto nos llevaría al asombro tecnológico. Los algoritmos desarrollados en todos los ámbitos han logrado manejar información infinita y actualizada que analizan millones de alternativas para decidir, por ejemplo, la vía más rápida para ir a un lugar, el hotel y el vuelo a reservar, la lista de canciones a escuchar o las películas que debemos ver. 

Si la felicidad de un ser humano depende de su capacidad inteligente de decidir, entonces los ordenadores pueden jugar un papel importante en ello, como la elección universitaria, la pareja con más afinidad… Hoy se desarrollan programas que logran que las computadoras analicen incluso los valores y sentimientos en el ser humano para tomar decisiones. 

La conciencia humana, capaz de sentir pena, amor, ira, solidaridad, pertenencia, fidelidad, es lo que no podrá adquirir ni desarrollar un ordenador. Entonces, la educación debe invertir en crear conciencia, responsabilidad de los propios actos, humanidad. El consumo diario de millones de bits a través del streaming, la mayoría de ellos con banalidades y estupideces que luego son analizados por bots, tienen un objetivo: hacernos llegar más promoción, publicidad, tentaciones de consumo, incluso llevarnos a decisiones electorales que tendrán repercusión en nuestras vidas. 

Por eso, hoy que las computadoras cada vez deciden más por el ser humano, debemos preparar a niños y jóvenes en las decisiones que llevan conciencia y humanidad. Seguimos avanzando en tecnología, pero abrimos la brecha cada vez mayor en desigualdad social, en discriminación, en abuso de las minorías, la mujer, los niños, en la no inclusión. 

No vayamos muy lejos, aquí en México vi ayer a un guardia de seguridad intentar sacar a un pobre de una plaza comercial por no tener dinero para comprar; escribí intentar porque un joven se atrevió a invitarlo a su mesa y sentarlo a cenar. No es la solución la caridad ni la compasión, pero el acto me hizo estremecer y creer que aún hay humanidad que cultivar. 

jl/I