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Bajo la amenaza del Covid

(ARRANCA. La emoción del mejor torneo de clubes en el mundo empieza este mediodía. Foto: Cortesía EFE)

La nueva edición de la Champions League irrumpe en la temporada, temerosa por la amenaza del coronavirus, mediatizada por la intimidación que provoca la pandemia y con la incertidumbre de llegar a la meta de Estambul con cierta normalidad el próximo 29 de mayo como está previsto. 

Con el Bayern Múnich como rival a batir todo está en el aire. El balón echa a rodar este martes con el virus en expansión otra vez y afectados que crecen cada día. En el mundo, en el deporte y en el futbol. 

El poco desahogo concedido por la situación ha sido aprovechado para que la sociedad se asomara hacia una relativa normalidad. También la competición, que ha previsto con optimismo el desarrollo del torneo y que ha proyectado esta sexagésima sexta edición bajo los parámetros habituales, con partidos a Ida y Vuelta y con la idea de albergar paulatinamente espectadores en los recintos. Mientras se pueda. 

De hecho, el Estadio Olímpico Ataturk recupera la condición de sede para la Final tal y como estaba previsto para el pasado curso y que la pandemia le arrebató. El mundo se confinó y el tramo último de la Champions se disputó precipitadamente. Como se pudo. De cualquier manera. En una sede fija para las eliminatorias pendientes y a partido único todos los duelos. Y se terminó. 

Con la fe en que el progreso termine por acabar con el virus a tiempo, la Liga de Campeones se dispone a andar como un argumento más de cierta normalidad en el mundo. Mientras crecen de nuevo los afectados y no desaparece el temor. 

Los anuncios por casos de coronavirus son un goteo incesante en las ligas europeas. Hay noticias de infectados en la Serie A, también en LaLiga española, en la Ligue 1 de Francia y en la Premier. En los grandes torneos del Viejo Continente. La normalidad sigue distanciada. 

Con estos condicionantes echa la pelota a rodar en poco más de cuarenta y ocho horas. Con treinta y dos integrantes en el cartel del torneo de la fase de grupos. Cuatro de ellos debutantes: el Stade Rennes francés, el Estambul Basaksehir turco, el Krasnodar ruso y el Midtjylland danés. 

Cuatro representantes tienen España (Real Madrid, Barcelona, Atlético Madrid y Sevilla), Inglaterra (Liverpool, Chelsea, Manchester City y Manchester United), Italia (Juventus, Inter, Atalanta y Lazio) y Alemania (Bayern Múnich, Leipzig, Borussia Dortmund y Borussia Monchengladbach), las ligas más potentes. 

Tres son de Francia (París Saint Germain, Marsella y Rennes) y de Rusia (Zenit San Petersburgo, Lokomotiv Moscú y Krasnodar) y dos de Ucrania (Shakhtar Donetsk y Dinamo Kiev). Un solo equipo tiene Portugal (Oporto), Holanda (Ajax), Austria (Salzburgo), Grecia (Olympiacos), Bélgica (Club Brujas), Turquía (Estambul Basaksehir), Dinamarca (Midtjylland) y Hungría (Ferencvaros). 

FAVORITO  

Es el Bayern Múnich el rival a batir. Campeón hace poco más de mes y medio en Lisboa asienta la nueva filosofía que domina el futbol actual. Fuerza, ritmo, potencia, físico y disciplina por encima de la individualidad, del talento en estado puro que despuntó tiempo atrás. Fue la idea implantada por el Liverpool de Jürgen Klopp en el curso anterior y que ahora ha asentado el Bayern de Hans Dieter Flick. 

La tendencia instaurada por bávaros y Reds enterró la autoridad impuesta en su tiempo por el futbol español, que reinó en el viejo vontinente durante una década. LaLiga es presa de la crisis, de la fuga de talentos y del propio juego, propenso ahora a una nueva doctrina. 

El Bayern inicia la defensa de su sexta corona europea ante el Atlético Madrid, en la sesión inicial de la fase de grupos. Un duelo de los grandes para alzar el telón de la nueva Champions. En el Allianz Arena, el enfrentamiento de más lustre de jornada inicial. Un reclamo para el aficionado. 

El vigente vencedor, que logró el éxito con pleno de triunfos en su recorrido, recibe al verdugo del penúltimo campeón. El rey de Europa frente a un eterno aspirante, que ha perdido en seis de sus últimas siete visitas a Alemania. 

jl/I