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Biden y América Latina

De acuerdo con un modelo de análisis elaborado por The Economist, se predicen posibles resultados de las elecciones del próximo martes 3 de noviembre en los Estados Unidos para decidir su presidente para el período 2021-2025. De los 538 miembros del Colegio Electoral –al día de ayer–, Trump obtendría 188 (35 por ciento) de los votos electorales y Biden, 350 (65 por ciento). En cuanto al voto popular, este modelo predice que Trump obtendrá 45.7 por ciento y Biden, 54.3. Entonces, la elección de Joe Biden es inminente, aunque no estará carente de sorpresas: se puede vaticinar un conflicto poselectoral dado que Trump, como lo hizo en 2016, amenaza con desconocer los resultados, sobre todo si no lo favorecen. 

De consolidarse el triunfo de Biden, se advierte un cambio en la errática política exterior estadounidense de Trump (en el libro de John Bolton, The Room Were It Happended, la dibuja con nitidez y la incapacidad de Trump para el cargo), en especial con América Latina. La actitud de Trump hacia la región latinoamericana ha sido inadvertida, cuando no la ve como un simple apéndice de su país, lo que ha propiciado una percepción negativa hacia Washington. En todo caso, le ha servido de sparring, especialmente México, en temas como migración y seguridad fronteriza. 

La estabilidad política interior de Estados Unidos ha dependido durante muchos años de las relaciones con los países del sur de ese país. Su obstinación con la construcción de un muro fronterizo y la insistencia de que México pague por ello funcionó muy bien durante su pasada elección. Además, ya en la oficina oval, amenazó al gobierno de López Obrador con militarizar la frontera y castigar con aumentar los aranceles a productos mexicanos de no controlar la inmigración ilegal hacia ese país. México, ipso facto, acató con diligencia las demandas de Trump (acciones criticadas en su momento por el mismo Muñoz Ledo). 

Joe Biden –con cargos como vicepresidente de 2009 a 2017 con Barak Obama, miembro y presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado– ha adquirido una experiencia importante en diplomacia y política exterior. En marzo de 2009, en una reunión con mandatarios latinoamericanos en Chile, dijo que “se acabó el tiempo en el que sólo hablamos y no escuchamos”, lo que evidenció cuál sería la política exterior de la administración Obama hacia la región. Esta declaración está en contraposición con la postura de Trump de “Primero América”. 

No obstante, las condiciones multilaterales en la actualidad han cambiado singularmente debido a la crisis económica, la pandemia y los movimientos políticos y sociales en la región (la llamada primavera latinoamericana). La fisonomía de la geografía política de la región se vio polarizada ante la política incierta de la administración Trump, que con Biden tal vez pudiera verse mitigada. Trump visitó la región sólo una vez (Cumbre G-20 en Argentina en 2018), mientras que Biden lo ha hecho en 16 ocasiones, más veces que cualquier presidente o vicepresidente de Estados Unidos. 

En 2016, la revista The Atlantic publicó un artículo que tituló “La doctrina Biden”, la cual se resume en cuatro puntos: 1) no usar la fuerza, a menos que funcione; 2) reforzar las alianzas y construir una causa común en proyectos multilaterales; 3) tener perspectiva sensata y pensar en respuestas proporcionales a las amenazas terroristas; y, 4) apelar a las relaciones personales en la formulación de la política exterior, tanto con aliados como con enemigos. Con esto en mente, estaremos atentos a los resultados electorales del próximo martes. 

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