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'Jalexit'

El escenario que hemos visto en los últimos días, de un grupo de gobernadores pidiéndole al presidente López Obrador un mejor trato en términos de recursos para el próximo año, es el primer reflejo de una realidad que se volverá mucho más asfixiante en 2021: el gobierno no tiene dinero. 

Las crisis sanitaria y económica de este año han contribuido a que los recursos fiscales se vean afectados. Sin actividad económica, no hay generación de IVA o de ISR en la economía y, por lo tanto, no hay recaudación suficiente de parte del gobierno. 

De ahí la desesperación de Hacienda de echarle el guante a todos los recursos de los fondos de estabilización y cuanto guardadito se han encontrado por ahí. También esto explica la agresividad del SAT para perseguir a cuanto contribuyente se le ponga enfrente. 

Esas tácticas han ayudado a que la caída en la recaudación haya sido mucho menor a la esperada, dada la magnitud de la caída económica de este año. Sin embargo, en donde ha sido imposible evitar la caída en los ingresos, ha sido en el frente petrolero: cayeron 41 por ciento en la primera mitad del año. 

Al mes de julio, Hacienda tuvo un faltante por 208 mil millones de pesos. Lo que se ha traducido en una baja en los recursos transferidos a los estados y municipios. De ahí la molestia de los gobernadores. Si de cada 10 pesos del gasto público, solamente 20 por ciento se destina a estados y municipios, la debilidad financiera de los estados es evidente. Sin las transferencias de la federación, los gobernadores no tienen cómo ejercer sus gobiernos. 

México está pensado como una federación, pero en la realidad vive un centralismo presupuestal que le otorga un enorme poder al presidente de la República. 

Ahora con el gobierno actual, los estados se enfrentarán el próximo año a una escasez de recursos que le apretará el cinturón a todo mundo: estados y municipios tendrán que resolverse la vida sin casi 81 mil millones de pesos. 

Jalisco perderá cerca de 10 mil millones de pesos. 

Es significa que, la mayoría de los gobiernos de los estados, deberán olvidarse de los proyectos de infraestructura que habían planeado como el legado de sus administraciones. Para Jalisco, significará despedirse de la línea 4 del tren ligero, por ejemplo. 

Twitter: @Israel_Macias

jl/I