Sicología inversa

El presidente ha demostrado ser muy predecible en un elemento en particular. Nunca hará caso a nada que haya sugerido, propuesto o pedido algún opositor o externo a su gobierno. Nunca. Primero muerto. 

Ejemplos de lo anterior hay por montones. Pensemos en el error de octubre, aquel momento de 2018 en el que el presidente anuncia la cancelación del NAIM. Mientras que se barajaban las alternativas a la cancelación, conforme más voces empresariales y externas se manifestaron a favor de mantener la construcción del aeropuerto, el presidente se corrió hacía el otro lado y optó por la cancelación. 

Y a partir de ahí, echó por la borda la confianza empresarial y las posibilidades de crecimiento económico en su sexenio. 

Otro ejemplo: cuando estalló la crisis por el Covid-19, en la que se veía que serían necesarias una serie de medidas de apoyo para mantener a las micro y pequeñas empresas y así, proteger al empleo. 

Mientras más voces fuera de su gobierno se acumulaban para que su gobierno hiciera algo parecido a lo que se hacía en el resto del mundo, el presidente optaba por hacer lo contrario. Inventar un supuesto enfoque para “apoyar a los de abajo” y listo. A la basura las propuestas de los demás. 

El resultado ya lo sabemos: se perdieron un millón 100 mil empleos formales y por lo menos se han destruido un millón de empresas en el país.  

Lo mismo pasó en el sector salud y el plan de acción para enfrentar la pandemia. Varios especialistas y ex secretarios de salud elaboraron un documento con una serie de recomendaciones para hacerle frente a la epidemia. El presidente y su gobierno se dieron por enterados y ningunearon las recomendaciones. 

Por último lo vemos con el tema del cubrebocas. Algo tan simple y fundamental. El presidente no se lo pone. Y todo porque la recomendación del uso general del mismo viene de fuera de su gobierno. 

En fin, López Obrador ha sido muy consistente en esto. Siempre hará justamente lo contrario a lo que impulsan y recomienden los representantes de los grupos opositores o externos a su gobierno. 

Ya va siendo hora de que los opositores lo entiendan y usen con López Obrador la sicología inversa. Quizá así sea más fácil lograr algún cambio en el rumbo de este gobierno. 

Twitter: @Israel_Macias

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