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No hay luz al final del túnel

No hay luz al final del túnel. No todavía. La pandemia está descontrolada y las vacunas no la detendrán en el corto plazo. Así de dura es la realidad. Así de claro tendría que ser el mensaje de las autoridades. 

Pero, por el contrario, tanto el presidente Andrés Manuel López Obrador como el gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro, han utilizado esta expresión a propósito de las vacunas. “Ya se ve la luz que indica que vamos a salir del túnel”, dijo el presidente el 9 de enero. “Se está viendo la luz al final del túnel”, expresó al día siguiente el gobernador. 

Si bien la expresión no implica un plazo fijo, esta frase no se utiliza comúnmente para referirse a plazos mayores a un año, que es el que, en el mejor de los casos, se requerirá. 

Adversarios políticos, López Obrador y Alfaro coinciden además en afirmar que la situación no está desbordada y en que hay capacidad para atender a los enfermos. Los testimonios de los pacientes y sus familias muestran lo contrario. Algunos pasan días esperando ingresar al hospital. Hemos visto ya escenas de personas que fallecen en las puertas de los centros médicos en espera de atención. Los números telefónicos en donde se brinda información están saturados y el oxígeno escasea. 

Desde el principio de la pandemia se intenta minimizar su gravedad. En febrero, López–Gatell dijo: “Esta idea que las noticias internacionales nos transmiten de que progresivamente se va acabando en una situación desesperada, porque hay muchísima gente que se acumula, no corresponde con la realidad”, y añadió: “En 2009 H1N1 fue considerada una emergencia epidemiológica. Hoy el coronavirus, en 2019, no hemos considerado que cumpla las condiciones para ser considerada una emergencia”. Según sus cálculos fallecerían 6 mil personas. Van más de 140 mil. 

El presidente dijo: “No es algo terrible, no es fatal, ni siquiera es equivalente a la influenza”. En marzo expresó: “No nos van a hacer nada los infortunios, las pandemias”. En reiteradas ocasiones aseguró que la curva se había aplanado y llegó a afirmar que se había domado la pandemia. 

Ahora se dice que con la vacuna se ve la luz al final del túnel. Es cierto que ambos han dicho que no es una solución inmediata ni única, pero la expresión es desafortunada porque genera falsas expectativas. Hay gente que cree que como ya llegaron las primeras vacunas el problema se resolverá pronto. 

Eso no será así. En un artículo publicado en Nexos, el doctor en matemáticas Rafael Prieto afirma: “Asumiendo que en febrero de 2021 tendremos una capacidad diaria reducida, pero que irá aumentando de manera constante, se tendrían que aplicar más de un millón de vacunas en México en un solo día para alcanzar una cobertura de 100 por ciento de la población”. Añade: “Una persona tendrá que esperar en promedio (tomando en cuenta que habrá personas que sean vacunadas en febrero, pero habrá quienes tengan que esperar meses) unos 283 días para recibir la primera dosis de la vacuna, es decir, que una persona promedio tendrá inmunidad gracias a la vacuna aproximadamente en diciembre de 2021”. 

En Jalisco, para vacunar a 75 por ciento de la población se deberían aplicar durante el año más de 19 mil vacunas por día, advierte el periodista Rubén Martín. Estamos lejos de ello. 

De manera que por ahora no hay luz al final del túnel. Junto con la vacunación es indispensable extremar el autocuidado y el cuidado de los demás. Y reconocer la gravedad de la situación. 

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