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Fallece el cineasta Juan Carlos Tabío

(Ceremonia. Los restos del director serán cremados, a la espera de que se conozcan los detalles sobre los actos de despedida. Foto: EFE)

La Habana. El director de cine Juan Carlos Tabío, coautor de clásicos de la filmografía cubana como Fresa y chocolate o Guantanamera, falleció este lunes en La Habana a los 78 años, informó el Instituto de Arte e Industria Cinematográfica de Cuba. 

La obra de Tabío (nacido en 1943), quien mereció el Premio Nacional de Cine en 2014, “es parte de la trascendente historia del cine cubano”, resaltó la institución en su cuenta de Twitter. 

El legado del respetado cineasta incluye 41 documentales y películas de ficción, entre ellos títulos de culto para el público y la crítica por su capacidad de trasmitir el sentido del humor de los cubanos a la vez que plasmaba la realidad y los problemas del país. 

Así lo hizo en piezas como la comedia Se permuta (1985), su primer largometraje de ficción y el título más icónico de su carrera, devenido en clásico del género, en el que se lució como protagonista la vedette Rosita Fornés, fallecida el año pasado. 

También destacó como codirector, junto al ya fallecido Tomás Gutiérrez Alea, de los filmes Fresa y chocolate (1993) –nominada al Oscar como Mejor Película de Habla No Inglesa y que cosechó una veintena de premios internacionales– y Guantanamera (1995). 

Otros filmes suyos que arrancaron la risa al público con su carga de humor corrosivo son Plaff (1988), Lista de espera (2000) y El cuerno de la abundancia (2009), estos dos últimos con el actor Jorge Perugorría a la cabeza del reparto. 

Tabío conjugó su labor detrás de las cámaras con la de profesor de guion y dirección en la Escuela Internacional de Cine y Televisión de San Antonio de los Baños, en cuyos auspicios se involucró el escritor colombiano Gabriel García Márquez. 

Sus talleres de guion, dirección y dramaturgia se extendieron a otros países como México, Costa Rica y Panamá. 

En 2011 trabajó en el proyecto de la serie largometraje Siete días en La Habana, junto al actor puertorriqueño Benicio del Toro, el director español Julio Medem, el francés Laurent Cantet, el argentino Pablo Trapero, el palestino Elia Suleiman y el argentino-francés Gaspar Noe. 

Cuba desde el humor 

El reencuentro de un amor de juventud en plena procesión fúnebre, el sueño frustrado de mudarse a barriadas elegantes del Vedado o los líos por el reclamo de una millonaria herencia sellaron parte de las historias del director de cine cubano Juan Carlos Tabío. 

A Tabío, nacido en 1943 en La Habana, lo descubrió Tomás Gutiérrez Alea –llamado cariñosamente en Cuba Titón–, otro de los grandes directores de la cinematografía cubana contemporánea, y juntos reflejaron la dura realidad de su país, marcada por la crisis económica generada tras la caída de la Unión Soviética en 1991. 

El cineasta usó la comedia para narrar la Cuba del llamado Período Especial y junto con Titón codirigió la célebre Fresa y chocolate, que versó sobre la amistad entre un joven comunista (David) y un intelectual homosexual (Diego), un tema tabú para la sociedad isleña en aquel momento. 

Dos años después vino Guantanamera, un filme de humor negro que narra las peripecias en el traslado de una difunta desde la oriental provincia de Guantánamo hasta La Habana y las marañas de un funcionario burócrata y su plan de ahorro para los cortejos fúnebres, así como el reencuentro de un amor de juventud. 

Su primer filme, Se permuta (1985), no sólo le dio la oportunidad de mostrar a la vedette Rosita Fornés en su mejor faceta de actriz, sino también dibujó una Cuba que ya sentía los efectos de la crisis con duro impacto en el sector de la vivienda o el transporte público. 

En 1988 contó en Plaff o demasiado miedo a la vida la historia de una mujer (magistralmente encarnada por Daisy Granados) que rechaza a la esposa de su hijo e, incluso, a un enamorado suyo y comienza a lanzar huevos contra las paredes de su propia casa. 

En el último año del siglo 20 dirigió Lista de espera, filme que siguió su línea temática de mezclar drama con humor y romanticismo con un toque de realidad, al contar la histeria y desespero casi colectivo de los pasajeros varados en una terminal de ómnibus de un pueblo del centro de Cuba. 

Tras esa experiencia, volvió a escribir a cuatro manos con el escritor Arturo Arango en 2008 en El cuerno de la abundancia. La coproducción entre la productora española Tornasol Films y el Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográfica abordó el alboroto que deja en los pobladores de Yaragüey, un pequeño pueblo imaginario del interior de Cuba, la noticia de una millonaria herencia que tal vez ni existía. 

FILME 

  • ‘Fresa y chocolate’ es la versión cinematográfica del cuento ‘El lobo, el bosque y el hombre nuevo’, del escritor cubano Senel Paz 
  • 30 documentales incluye su reconocida trayectoria profesional 
  • Galardón 
  • Premio Nacional de Cine en 2014 

jl/I