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Quinto Patio

Dios los hace y ayer se juntaron… el gobernador Enrique Alfaro se reunió en Palacio Nacional con el presidente centralista, como lo ha calificado, Andrés Manuel López Obrador. Por fin se le hizo; al mandatario estatal, claro. ¿De qué hablaron? Según eso, de la seguridad y la vacunación contra Covid-19, pero después el gobernador se dejó ver sorprendido con el recorte en el número de dosis que llegaron al estado; ¿entonces? ¿Será que sólo se tomaron unos whiskies con algunas rebanadas de la pizza que venden cerca del Zócalo?

Lo cierto es que se guardaron el contenido de la reunión para ellos. A ver, ¿a los jaliscienses de qué les sirve que se sentaron a platicar sin saber a detalle qué dialogaron? Las generalidades dejan en ascuas informativas.

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A propósito de los biológicos para Jalisco, ¿dónde quedó la bolita? Pásele, adivine usted dónde quedaron las vacunas contra Covid-19, de las que nadie sabía hasta ayer a mediodía. Y es que la Secretaría de Salud Jalisco confirmó que no tenía nadita de información al respecto; es más, ni siquiera sabía si habían llegado a no. Así las cosas y a ese grado, presumimos, la falta de coordinación, para que al final, llegaran menos de la mitad de las que esperaba el estado, como refirió Alfaro.

Total, las instituciones de salud se quedaron cual Lonje Moco: nadie sabe, nadie supo; jugándole al gato y al ratón. Peeerooo añadamos preguntas que nos gorgorean: ¿nadie en el gobierno estatal ve las conferencias mañaneras de AMLO? Porque el titular de la Sedena, general Crescencio Sandoval, anunció que durante el día transportarían las vacunas a distintas ciudades; la ruta aérea 5 se fue a Morelia, Colima y luego dejó el lote en la base aérea militar de Zapopan. ¿Nadie avisó? ¿O son malos para tomar recados?

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El coordinador parlamentario de Movimiento Ciudadano, Salvador Caro, abrió el diálogo virtual con algunos actores importantes sobre el tema de ley de designaciones públicas y se llevó una sorpresa. El legislador señaló que no le interesa colgarse ninguna medalla con este tema, que sólo busca el consenso y que se avance. Y la proactividad del Comité de Participación Social (CPS) y el Observatorio Legislativo del ITESO lo metieron en problemas por sus propuestas, con las que no pudo o no quiso comprometerse.

La más evidente propuesta, de la que quiso zafarse anticipadamente, fue la del consejero Jesús Ibarra, quien indicó que esta ley de designaciones no debe regir sólo al Poder Legislativo, sino que debe incluir al Judicial y Ejecutivo, incluso a ayuntamientos. Y Caro se lavó las manos argumentando que debe armarse otra propuesta y consensuarse con los otros poderes. O sea…

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El costo de un kilogramo de peinecillo es mayor que el de un salario mínimo. Los cálculos de los especialistas de la UdeG son devastadores, porque supuestamente el salario mínimo tendría que alcanzar para una familia de cuatro personas, pero con ese sueldo no alcanza ni para una. Ahí van las cuentas: para comprar los 27 productos indispensables de una canasta básica son 6 mil 441 pesos y tostón. Súmele los pagos de la luz, el agua, el gas, el teléfono, la renta, el transporte público y la gasolina: ahí le van otros 11 mil 791 pesos.

Así que, por lo bajito, bajito, bajito, son 18 mil o hasta 20 mil pesos, y el mínimo de sueldo diario es de apenas 141 pesos 70 centavos, o sea 4 mil 251 pesos al mes. Y hay 5 por ciento de la población de Jalisco que gana hasta un salario mínimo, o sea, que hay que amarrarse mucho no solamente el cinturón, sino también los chones, para no únicamente aguantar una vida precaria, sino para que no se caigan con todo y pantalón al quedar en puros huesos de tan flacos.

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jl/I