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No hay regreso al aula

La pandemia por el virus SARS-CoV-2, mejor conocido como Covid-19, marcó que el 14 de marzo de 2019 se anunciara la suspensión de clases para todos los alumnos del estado de Jalisco. Luego vino el regreso de manera virtual. En diferentes momentos se abrió la posibilidad del regreso a clases presencial. Existía la esperanza de que el 12 de febrero se determinara al menos un regreso híbrido o incluso al regreso de la Semana de Pascua, en abril. 

Sin embargo, el gobernador del estado de Jalisco, ingeniero Enrique Alfaro, fue categórico y emitió el nuevo acuerdo con diversas medidas de seguridad sanitaria para el aislamiento social con carácter obligatorio donde prioriza el interés superior de los niños, niñas y adolescentes para que el servicio educativo se otorgue a distancia hasta la finalización del presente ciclo escolar. 

Los padres de familia se encuentran sorprendidos e inconformes con la medida y lo mismo las escuelas particulares. La decisión tiene fuertes afectaciones a la economía, ya que, a los padres de familia, especialmente quienes tienen hijos en educación primaria o menor, les impide salir a trabajar salvo que tengan quien les cuide a los hijos. 

Hay un efecto mayor que se prolongará otros seis meses además de los 11 que ya llevamos y es la falta de actividad física y deportiva, el encierro y la no socialización que está trayendo graves problemas de salud mental que se manifiestan en alteraciones del sueño, agresividad, depresión, ansiedad, temores, desánimo, dependencia, apetito desmedido, desinterés por el estudio… 

Mientras tanto, restaurantes, bares, oficinas y toda actividad comercial está abierta con algunas restricciones. Los padres que tengan posibilidad económica y tiempo disponible llevarán a sus hijos a las academias artísticas, culturales y deportivas que sí contarán con la anuencia para su reapertura. 

Sin embargo, la mayoría permanecerán en el encierro y el aislamiento. Uno de los grandes retos como padres de familia será mantener la salud mental y emocional de los hijos y la armonía familiar, ya que el ser humano requiere socializar; especialmente los menores. El estrés de padres de familia por la situación laboral y económica junto con las consecuencias del encierro de los hijos puede causar la pérdida de la estabilidad familiar. 

La solución no es sencilla, pues habrá que dar a nuestros hijos intencionalmente un tiempo y espacio para socializar, practicar alguna actividad artística, tecnológica o hacer deporte para mantener lazos afectivos. También los juegos de mesa y la convivencia familiar serán una prioridad. Ya organizaciones y asociaciones privadas de educación buscan un acercamiento a las autoridades para solicitar el regreso híbrido y voluntario, pero los resultados se ven muy lejanos, ya que por un lado hay muchos temores y. por otro. hay fuertes presiones y compromisos. 

jl/I