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Del 'rompa el pacto' al 'ya chole'

A tres días de haberse instalado la LVIII Legislatura del Congreso de la Unión de México (1 de septiembre de 2000), el flamante diputado Félix Salgado Macedonio iniciaba sus actividades legislativas con una disputa callejera. En evidente estado de ebriedad, el reciente diputado plurinominal por la quinta circunscripción del Partido de la Revolución Democrática (PRD) escandalizaba en la vía pública y se enfrentaba a golpes con policías y agentes de tránsito. Fue remitido a la delegación y dejado en libertad en virtud de su fuero constitucional. Este es sólo uno de los escándalos del autollamado “toro sin cerca”. 

Salgado Macedonio es el actual candidato de Morena y seguramente será el próximo gobernador de Guerrero (éste es su tercer intento), precedido no sólo por las pendencias y los altercados públicos, sino por acusaciones graves de violencia sexual hacia varias mujeres a lo largo de su carrera política de 33 años. Su candidatura ha sido mantenida contra viento y marea tanto por el presidente Andrés Manuel López Obrador como por el de Morena, Mario Delgado, quien poco se ha pronunciado al respecto. 

Su candidatura ha generado el movimiento nacional de rechazo en redes sociales Presidente, rompa el pacto. En la conferencia matutina, AMLO sólo atinó a decir que dicha frase es importada y que su gobierno es respetuoso del movimiento feminista, a pesar de que muchas activistas han declarado que “no entiende que no entiende”. Tan cierto es que, según él, su esposa tuvo que explicarle el significado de la frase. 

La candidatura del oriundo de Pungarabato, Guerrero, ha superado a la Comisión Nacional de Honestidad y Justicia (CNHJ) de Morena, a pesar de que su estatuto establece que “la trayectoria, los atributos ético políticos… serán vinculantes y valorados para quien aspire a ser candidato...”, además de que goce de “buena fama pública”; o que en la Declaración de Principios asienta que están “contra la violencia hacia las mujeres” y en contra de “toda forma de imposición” (el reglamento de la CNHJ define el influyentísimo: “cuando una persona o conjunto de personas se ven favorecidas a razón de sus relaciones de poder”). 

Ninguna de estas razones tiene el peso suficiente para evitar que Salgado Macedonio sea entronizado como candidato a gobernador en un país donde, de acuerdo con el Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujeres (Conavim), en 2020 se verificaron en el país 940 feminicidios y se registraron 57 mil 495 denuncias de mujeres víctimas de lesiones dolosas; esto es, 158 cada día (siete cada hora). La violencia contra las mujeres y las niñas es claramente la otra epidemia que afecta a México y se debe atender tanto como la del coronavirus. 

La actitud insensible de AMLO ante las activistas de movimientos feministas se comprende cuando, en febrero de 2020, en una mañanera se disponía recibir un cheque del Fiscal General de la República (FGR), Gertz Manero, para pagar los premios del sorteo del no-avión, donde afirmó: “… no quiero que los feminicidios opaquen la rifa”; o cuando minimizó las llamadas de auxilio al 911 diciendo que 90 por ciento eran “falsas alarmas”; o cuando cerró los refugios para mujeres violentadas; o cuando, al reclamo de si estaba dispuesto a “romper el pacto” patriarcal, respondió con la expresión: “Ya chole”. 

¿Cuántas mujeres –y hombres– dejarán de apoyar electoralmente a Morena por esta insensibilidad hacia su movimiento? Pero en especial, ¿cuánto daño causará su indiferencia al combate de la violencia contra la mujer? De seguro algo ocurrirá el próximo 8 de marzo. 

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jl/I