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El desarrollo urbano en manos privadas

La falta de transparencia en torno a lo que sucede en el proyecto de Iconia, este desarrollo inmobiliario en las inmediaciones de la barranca de Huentitán, muestra una vez más cómo los gobiernos se desentienden de sus responsabilidades en materia de desarrollo urbano. Por ello, no extraña que cuando las empresas se exceden o incumplen, afectando a la ciudad, ya es demasiado tarde para actuar. 

Para quedarse con más de 57 mil metros cuadrados en un punto privilegiado por la ubicación, la empresa Operadora Hotelera Salamanca no tuvo que desembolsar ni un peso. El predio está ubicado sobre Periférico, en el cruce con la calzada Independencia, mientras que la parte posterior da a la avenida Paseo del Zoológico, justo frente a los ingresos principales del Zoológico Guadalajara y el parque de diversiones Selva Mágica. 

La incursión de la empresa Salamanca en la escena de este proyecto, que comenzó en el gobierno del panista Alfonso Petersen Farah con el nombre de Puerta Guadalajara, fue irregular. La primera empresa con la que había firmado contrato el Ayuntamiento de Guadalajara fue la española Mecano que, al no disponer de los recursos que se requerían para cumplir con sus obligaciones, lo entregó, sin que la autoridad municipal lo aprobara, a Salamanca. 

En los gobiernos de los priistas Aristóteles Sandoval y Ramiro Hernández el proyecto se detuvo e incluso cuando llegó a la alcaldía tapatía, el ahora gobernador Enrique Alfaro intentó recuperar los terrenos por la vía judicial, ya que además del predio para obras privadas hay otras dos fracciones que serán para un parque lineal y estacionamiento. 

Pero el ímpetu de Alfaro Ramírez por revertir este proyecto, plagado de anomalías, duró muy poco. Fue él mismo, en 2016, quien propuso regularizar la llegada de Operadora Hotelera Salamanca para que ésta se hiciera cargo del desarrollo. Así, presentó una iniciativa de decreto que incluyó un convenio modificatorio para entregar formalmente el proyecto a Salamanca. 

A cambio de recibir la propiedad de una de las tres fracciones del predio, Salamanca debía realizar 16 acciones urbanísticas, con una inversión superior a los 688 millones de pesos en dos plazos, uno de 18 meses y uno más de 24, que comenzaron a correr el 17 de octubre de 2017. Esto significa que, en octubre de 2019, hace 16 meses, ya las obras tuvieron que concluirse. 

El Ayuntamiento de Guadalajara no ha informado al respecto; sin embargo, según la revisión de cada uno de los 16 puntos, además de los datos entregados el año pasado por el Jurídico municipal a la regidora Verónica Flores, las obras no han sido terminadas. A pesar de eso, la empresa ya construye los departamentos y los ofrece en preventa. 

Hasta ahora, desde las autoridades municipales no ha habido ningún pronunciamiento sobre el incumplimiento de Salamanca. Según regidores de oposición consultados, tampoco a ellos les han entregado información, además que no ha habido ningún cambio en el convenio, al menos no aprobado por el cuerpo edilicio, para ampliar los plazos. 

El problema con este tipo de proyectos es que avanzan hasta un punto en que parece no se puede dar marcha atrás y después ya no hay manera de revertirlos o sancionar a las empresas. Nada más hay que recordar lo que sucedió con la Villa Panamericana, en la que ni siquiera se cumplió con la densidad que permiten los planes de desarrollo y eso se conoció hasta que solicitaron los permisos para la venta de departamentos. 

Todo esto, sin contar que el destino que se ha dado al proyecto Iconia contraviene la idea original de la compra de los predios por parte del Ayuntamiento de Guadalajara, de una zona de amortiguamiento para la barranca de Huentitán. 

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