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Ignorancia supina de AMLO

La pandemia ha sacado a flote la naturaleza de los liderazgos políticos en el mundo. Desde aquellos que toman las cosas en serio hasta aquellos que, con mentiras, ocurrencias y distractores abonan a la tragedia humana. 

México se sitúa en el segundo supuesto. El presidente se regocija en su ignorancia supina para desde ella dar consejos, poner ejemplo y tomar decisiones. 

Desde el circo de la conferencia mañanera, el presidente ha dicho una cantidad increíble de sinsentidos, mentiras e insultos que lejos de construir un liderazgo basado en el conocimiento, la empatía, la capacidad de convocatoria y de organización, apuesta a la manipulación informativa, la desmovilización, la supeditación de los otros órdenes y niveles de gobierno y la confrontación contra todo aquello que no muestra incondicionalidad. 

Muestra de los sin sentidos presidenciales son: 

“Lo del coronavirus, eso de que uno no se puede abrazar, hay que abrazarse, no pasa nada”. Mientras la OMS (marzo de 2020) emitía una serie de recomendaciones acerca de la importancia del aislamiento personal. 

O, “No apanicarnos (…) sigan llevando a la familia a comer, a los restaurantes, a las fondas”. En tanto que la OMS publicaba (marzo-abril de 2020) lineamientos sobre la realización de pruebas de detección e iniciaba una campaña mundial de sensibilización. 

De las mentiras: 

“México ya domó la pandemia” (mayo, junio y septiembre de 2020) mientras que la Universidad John Hopkins coloca a México como el segundo país con el mayor índice de mortalidad por Covid-19. 

“Primero los pobres”. De acuerdo con instrumentos de medición provenientes de diversos organismos internacionales y nacionales, públicos y privados, la pobreza en México ha crecido significativamente, entre 6 y 8 puntos porcentuales, a pesar de los programas gubernamentales de subsidios con claro propósito electoral. 

Y de los insultos y calumnias: 

Contra el gremio médico (a principios de mayo de 2020) al afirmar: “… los médicos sólo buscaban enriquecerse. Llegaba el paciente: ¿qué tienes? –le preguntaban. Me duele acá, doctor– respondía. No, qué tienes de bienes…”. 

Contra los medios de información, a quienes les espetó: “… le muerden la mano a quien les quitó el bozal”, frente a las críticas ante el fallido operativo para detener a Ovidio Guzmán en Culiacán. 

O contra la FIL: “… las últimas ferias del Libro de Guadalajara (han estado) dedicadas en contra de nosotros… (ahora) me entero de que en España le entregan el Premio Príncipe de Asturias a la FIL … Pero es la decadencia, no sólo de México, de las universidades, de la intelectualidad, de los que otorgan estos premios”. La bajeza habla por sí misma. 

Pero frases desafortunadas retratan la ignorancia y cinismo presidenciales, por ejemplo: 

“No mentir, no robar y no traicionar ayuda mucho para que no dé coronavirus”. ¿Qué opinan sobre esto los cientos de miles de deudos de quienes han perdido la vida a causa de la Covid-19? 

Pobre México, tan lejos del fin de la pandemia y en manos de un ignorante supino. 

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jl/I