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#BastaYa

Por Ana Karen, José Alberto y Luis Ángel… ¡basta ya! 

 

La paciencia se agotó. Las peores violencias –desaparecidos, secuestros, homicidios, violaciones– no ceden en Jalisco. Para decirlo como le gusta al gobernador Enrique Alfaro, “claro y de frente”: ya basta. 

El atroz asesinato de los hermanos González Moreno, quienes fueron sustraídos de su propia casa por civiles armados presuntamente asociados al Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), es el más reciente capítulo de una serie de eventos que nos han atemorizado. 

Hace un año tuvimos las manifestaciones por el homicidio de Giovanni López por… nunca se aclaró. Por ese hecho, unas semanas más tarde hubo una manifestación que derivó en un duro enfrentamiento de la policía con algunos de los que protestaban. Detuvieron a varios. Al siguiente día se organizaron manifestantes para pedir la liberación de sus compañeros y elementos de la Fiscalía hicieron detenciones ilegales de decenas de personas. El fenómeno fue reconocido por el propio gobernador. Los liberaron por la presión social y mediática. 

La noche se hizo más oscura. Si bien ese evento le costó el puesto al coordinador de seguridad, el fiscal Gerardo Octavio Solís Gómez continúa a pesar de que sus elementos estuvieron involucrados en tales detenciones. 

La ola de homicidios y desapariciones (Jalisco es el primer lugar nacional en este rubro) no se detuvo a pesar de la pandemia. En diciembre pasado asesinaron al ex gobernador Aristóteles Sandoval en Puerto Vallarta. Casi seis meses después no se ha expuesto la razón del crimen ni ha detenido a los autores materiales ni intelectuales. 

En febrero de este año una balacera en la zona de Andares dejó un muerto. Este hecho cobró relevancia por la cantidad de videos que mostraron casi en tiempo real la situación y la falta de reacción de la Policía Municipal de Zapopan, la mejor equipada de Jalisco. También quedó expuesta la inutilidad de las cámaras del C5. 

A finales de ese mismo mes asesinaron a 11 personas en La Jauja, Tonalá. Estaban esperando su paga semanal y sin mediar palabra los acribillaron. Rápido, Alfaro dijo que era el crimen organizado y pretendió responsabilizar al gobierno federal de la situación. 

En marzo, a unos pasos de El Parián de Tlaquepaque, delincuentes dejaron un cadáver. Así, con total impunidad llegaron a esa zona peatonal. 

La violencia también tocó en abril. En Chapalita se descubrió por chiripa una casa de seguridad donde había decenas de secuestrados y se presentó una balacera terrible. El hecho nos anunció que los delincuentes ya no se esconden en los cerros o en la periferia de la ciudad. Operan en colonias céntricas y tradicionales. No hay lugar para la tranquilidad. 

La violencia en el norte del estado no para gracias a una disputa fronteriza entre el Cártel de Sinaloa y el CJNG. En otra zona, en los Altos, se reportó la semana pasada el desplazamiento de 600 personas en Teocaltiche por el miedo a los enfrentamientos constantes entre grupos criminales. 

El viernes se llevaron a los hermanos González Moreno. Aparecieron el domingo sin vida en San Cristóbal de la Barranca. Pudieron ser confundidos, dice el fiscal. 

Los hechos se multiplican. Apenas el domingo pasado masacraron a cinco jóvenes en una cenaduría de Jocotepec. 

¿Cuáles han sido las constantes? Hechos no aclarados, pocos detenidos, un fiscal impune y un gobernador que no asume su responsabilidad. 

Hace poco más de tres años desaparecieron a tres estudiantes de cine. Gobernaba Aristóteles y Alfaro escribió en un tuit: “Señor gobernador, los jaliscienses le exigimos seriedad y resultados. Jalisco no puede seguir por este camino, en materia de seguridad y procuración de la justicia, su gobierno ha sido un rotundo fracaso. Si no puede, deje el cargo”. 

Enrique, queda demostrado que tampoco puedes con la inseguridad. ¡Basta ya! 

Renuncia. 

Twitter: @cabanillas75

jl/I