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Sobre usurpadores y charlatanes

Las conductas, los pensamientos y las emociones de los seres humanos siempre han generado preocupación, curiosidad e interés, pues se busca encontrar explicaciones y formas de incidir en ellas. Ya sea para ayudar a las personas que sufren, para buscar cambiar a personas que presentan comportamientos “cuestionables” o para fortalecerlas y contribuir a su bienestar.  

Así es como muchas mujeres y hombres, en consecuencia, se han esforzado, han dedicado tiempo e invertido recursos económicos para formalmente estudiar e investigar responsablemente y con una perspectiva científica la conducta y los procesos cognitivos de los seres humanos; sin embargo, otras personas desde una posición cómoda, acrítica e incluso ingenua, o a veces maliciosa, buscan con un mínimo esfuerzo (por ejemplo, tomando cursos y talleres, cortos o largos e informales), sin un estudio a profundidad y con enfoques que no tienen nada que ver con una perspectiva científica, critica, responsable y ética, con “ayudar” y atender a personas que tienen problemas y que buscan alternativas a los mismos. 

Las primeras personas son las que llamamos profesionales de la psicología, las cuales después de que han estudiado la licenciatura siguen estudiando y preparándose, cuidando que su trabajo sea ético, congruente y que este orientado con evidencias científicas. Las segundas personas son las que podemos llamar usurpadoras de una profesión (lo que constituye un delito) o charlatanas, aunque hoy en día han ido adoptando nombres como: consteladoras familiares, coach, programadoras neurolingüísticas, terapeutas florales, angeloterapeutas, cromoterapeutas, terapeutas dianéticas, orinoterapeutas, psicomagas, sonoterapeutas y así podemos encontrar decenas de nombres más de pseudoterapeutas. 

Es muy interesante saber cómo actúan estas personas: manipulan con un discurso muy convincente, presentan personas que supuestamente experimentaron los beneficios de su acción y se promueven con publicidad en medios de comunicación o redes sociales sobre la supuesta eficacia de su acción. Eso lo hacen a fin de venderle al ciudadano, con alto o bajo costo, servicios y/o productos a mediano o largo plazo ineficaces (que en ocasiones puede generarles daños) y abusando de su vulnerabilidad, confianza y buena fe. 

Al comprar dichos servicios y/o productos el cliente se autosugestiona y la autosugestión es un proceso mediante el cual un individuo autodirecciona a su subconsciente para llegar a creer en algo o fijar determinadas asociaciones mentales, generalmente con un propósito específico. Su éxito está típicamente correlacionado con la persistencia de su uso y su duración es temporal. 

Denunciemos y erradiquemos a estas personas usurpadoras. 

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jl/I