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Despojados de los cuerpos de agua

Esta semana se dieron a conocer algunas referencias al tema del agua, cuestión que nos trae preocupados a muchos porque este año hemos carecido de ella más que en otros. Los tandeos de este año en la conurbación tapatía han sido más prolongados y desorganizados, y han sacado a flote algunas de las variadas caras que tiene este tema. Como pocas ocasiones, durante los primeros cuatro meses del año hemos visto circular por las calles de la ciudad un gran número de pipas con agua, gratuita o comprada, destinadas a llenar aljibes y tinacos que han quedado vacíos durante semanas o meses. 

Los tandeos iniciaron durante marzo y entonces se dijo que el desabasto se debía al déficit de agua de la Presa Calderón. Se prometió que el abasto de agua a la ciudad quedaría resuelto en pocos días. No ha sido así. Este se ha prolongado y a ciencia cierta no se sabe cuándo volverá a fluir el agua por la compleja y averiada red de distribución urbana de agua. Lo más probable es que, como siempre, todo dependerá del temporal que tengamos este año y de que las chicharras (machos), como dice la leyenda popular, cada tarde calurosa clamen más porque éste se instale ya. 

En este contexto de sequía y estiaje crítico se ha informado que la famosa cascada Basaseachi, en la sierra rarámuri (tarahumara), considerada como la más alta de México está completamente seca; que el lago de Chapala se encuentra en otro de sus peores momentos porque su mayor profundidad ahora es de apenas cuatro metros. Además, este lago, el más grande de México, está cada día más dañado por los residuos tóxicos que le aporta el río Lerma. También se ha informado que muchas de las presas de Jalisco muestran una reducción considerable en sus niveles de agua. 

Otro cuerpo de agua que muestra una clara reducción de sus aguas es la laguna de Cajititlán, en el municipio de Tlajomulco. Esta comparte con el lago de Chapala, además de su sequía, sus grados de contaminación. Hace décadas que los gobernantes han prometido sanear estos dos cuerpos de agua. No ha sucedido así. La realidad es cada vez peor pero esta promesa no deja de aparecer en cada campaña electoral. 

En el caso de la laguna de Cajititlán, en su parte cercana a la planta de tratamiento de aguas residuales, la profundidad del espejo de aguas se puede medir por el largo de las patas de las garzas. Por estos días estas aves caminan parsimoniosamente donde antes solo podían posarse. Además, en medio del agua han emergido diversos montículos de tierra, como diminutas islas, sobre los cuales reposan lo cientos o miles de pelícanos que, por algún motivo, siendo aves migratorias, decidieron establecerse en esta laguna. Las plantas de tule ven retirarse cada día más las aguas de la laguna. Hace varios años que no se veía que la sequía y el uso de sus aguas para riego u otras funciones alejaran la orilla de esta laguna de manera tan considerable. 

Lo que parece extraño, pero solo en apariencia, es que para explicar esta crisis del agua los gobernantes no aludan a los verdaderos responsables, a quienes nos despojan del agua: las industrias armadoras de autos, las cerveceras y refresqueras, así como las industrias minera, inmobiliaria, lechera y de la carne. A estas, a pesar del daño que hacen al ecosistema, el gobierno no les pone ningún límite en el uso de agua. Evidentemente a este sistema le interesan más las industrias que el bienestar de las personas. 

PD: ¿Qué tal las prácticas racistas de la Secretaría de Relaciones Exteriores con los compas zapatistas que solicitaron pasaporte para viajar a Europa? El racismo tampoco tiene color partidario. 

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jl/I