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Incongruencias de diputados

A cuatros meses de terminar la Legislatura, los actuales diputados se dieron cuenta de que habían aprobado y creado una Ley Orgánica del Poder Legislativo que tiene algunos artículos discriminatorios. 

No sorprende que hayan creado estos artículos que ahora señalan de discriminatorios, sino que no se hayan dado cuenta hasta que está casi por terminar la Legislatura y hasta que afectó a alguien. 

A Enrique Velázquez, diputado en estos momentos sin partido porque dejó al PRD, que lo llevó al cargo, tiene derecho a presidir comisiones, como el resto de sus compañeros, y reclama mantener la de Seguridad y Justicia; lo inconcebible fue que estuviera prohibido en su Ley Orgánica, que es la norma interna que lo rige y que nadie haya levantado la voz hasta que le afectó. 

Como suele ocurrir con cada Legislatura, al inicio de la misma modifican su Ley Orgánica y su reglamento porque quieren poner las reglas con las que van a trabajar en ese trienio, y dejar a los a los diputados locales sin partido que presidieran comisiones fue la manera de controlarlos para evitar que se salieran de los partidos políticos y ahora que se da el caso quieren corregir, pero no lo hacen de la manera correcta. 

Es de sabios cambiar de opinión y se vale modificar las leyes cuando se detecta que están mal hechas o en este caso son discriminatorias, lo que no se vale es que no lo hagan y traten de apoyarse con legislaciones superiores para justificar su error. 

Y así se aprobó el cambio de comisiones dándole la presidencia, justificando que los derechos de igualdad los da la Constitución local, que está por arriba de la ley orgánica. 

Apenas hasta ayer se escuchó en las mesas de discusión de que debían reformarse sus normas internas para evitar esta incongruencia y esta discriminación, pero hasta el momento nadie ha elaborado una propuesta para quitar lo que consideran indebido y que está afectando a uno de sus integrantes. 

Ya hasta se está normalizando que en el Congreso local, específicamente los diputados, se hagan de la vista gorda cuando tienen que tomar decisiones que sus normas internas o sus convocatorias no les conviene, y es cuando utilizan la interpretación de otras leyes o incluso de sus propias normas para justificar sus acciones. Aquí el problema es que nadie les llama la atención y nadie se queja. 

En un último recuento hay que recordar el caso de los nombramientos de los consejeros judiciales, quienes no aprobaron con el mínimo solicitado en el examen de conocimientos, y aun así los nombraron, también se dejó pasar que el contralor interno no tuviera la experiencia que se solicitaba en la convocatoria y ahora se nombra como presidente de comisión a un diputado que no tiene partido y que su Ley Orgánica le prohíbe tenerla, pero que la Constitución local sí se lo permite. 

Los diputados deberían ser más congruentes entre lo que dicen y hacen porque en este trienio han estado pasando de un bando a otro con singular alegría y todo por los intereses políticos. 

El desaseo en aplicar las leyes es tan notorio que cualquiera que no sea abogado lo puede percibir, y pocas voces se levantan para hacerles ver sus yerros o cuando lo hacen buscan sacar raja política, y por eso lo desacreditan. 

Deberían hacer un mea culpa más claro y corregir sus normas internas antes de violarlas para que así nadie les llame la atención por hacer lo que no es correcto. 

¿Quién se animará a regañarlos? 

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jl/I