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Entonces, ¿hay o no agua?

Desde junio de 2019, cuando los gobernadores de Guanajuato, Diego Sinhué Rodríguez, y de Jalisco, Enrique Alfaro Ramírez, alcanzaron un acuerdo para repartirse el agua de la Presa El Zapotillo, el gobierno de Jalisco ha insistido en la necesidad de traer más agua a la ciudad; incluso, en algún momento manejó que alrededor de un millón de habitantes de la Zona Metropolitana de Guadalajara no tienen acceso al servicio. Sin embargo, a pesar de esos señalamientos, el desarrollo inmobiliario en la ciudad ha tenido el aval del Sistema Intermunicipal de los Servicios de Agua Potable y Alcantarillado (Siapa) como si el agua sobrara. 

Un ejemplo claro es la factibilidad entregada por el organismo para el desarrollo inmobiliario Iconia, sin ninguna restricción ni revisión de lo que sucede en ese punto de la Zona Metropolitana de Guadalajara. 

En la resolución, emitida ya por la actual administración del Siapa, se asegura que hay agua suficiente para abastecer al nuevo desarrollo inmobiliario, que incluye dos edificios con mil 872 departamentos, un hotel y un centro comercial. 

En nuestra edición de El Diario NTR Guadalajara dimos cuenta ayer cómo este diagnóstico del Siapa, sobre la disponibilidad del agua, contrasta con la realidad que vivieron en los últimos meses los habitantes de Huentitán, donde hubo suspensión del abasto durante tres meses y medio. 

La suspensión del abasto en Huentitán forma parte de la crisis que se vivió en la Zona Metropolitana de Guadalajara desde marzo pasado, la cual no ha terminado de resolverse, a pesar de que comenzó el temporal de este año. 

El gobernador Enrique Alfaro y algunos de sus colaboradores han tenido un vínculo directo con el desarrollo inmobiliario. De hecho, el mandatario tiene familiares ligados a este negocio y él mismo en algún momento se dedicó al desarrollo de vivienda. Por ello, desde que llegó a la presidencia municipal de Tlajomulco de Zúñiga y luego en la de Guadalajara y en el gobierno de Jalisco, ha sido un impulsor del desarrollo inmobiliario. 

Incluso en sus propuestas cuando fue candidato a la presidencia municipal de Guadalajara incluyó la necesidad de redensificar la ciudad, para que los ciudadanos no tuvieran que trasladarse hacia las zonas alejadas donde se proyectó la construcción de vivienda en sexenios pasados. Sin embargo, la forma en que se concretó su proyecto no tuvo este objetivo, pues los costos de la vivienda que finalmente se autorizó son inalcanzables para el común de los ciudadanos. 

Además, la construcción de miles de viviendas en edificios se ha permitido sin exigir a los desarrolladores que colaboren con nueva infraestructura para la prestación de servicios básicos y, por el contrario, han podido edificar conectándose a la ya existente sin importar que eso signifique que se colapse. 

El servicio de agua es el ejemplo más claro. Mientras los habitantes de la zona metropolitana enfrentan cortes de servicio o abasto con agua de mala calidad, el Siapa entrega autorizaciones para conectarse a la red metropolitana sin los estudios mínimos necesarios. 

Esto puede probarse en la factibilidad entregada a Iconia. A pesar que habría casi 2 mil departamentos nuevos, el Siapa determinó que es “viable el otorgamiento de los servicios de agua potable y alcantarillado” y simplemente da indicaciones de cómo debe conectarse a la red municipal. 

Sin duda es una contradicción que mientras el gobierno de Jalisco acentúa las presiones para activar la Presa El Zapotillo, con el argumento de la falta de agua en la zona metropolitana, el Siapa siga autorizando nuevos desarrollos, asegurando que hay agua suficiente y sin que los desarrolladores asuman compromisos en materia hídrica. 

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