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Alemanes arrebatan el bronce a México

(FRUSTRANTE. La dupla mexicana vio esfumarse la medalla en el último clavado. Foto: Especial)

Un error en su sexto salto alejó a los mexicanos Yahel Castillo y Juan Celaya de la medalla de bronce en el trampolín sincronizado de tres metros, en los Juegos Olímpicos Tokio 2020. 

En el cuarto día de actividades de la disciplina, la pareja mexicana se ubicó en el cuarto sitio con una puntuación de 400.14 unidades por 404.73 de los alemanes Patrick Hausding y Lars Rudiger, quienes se llevaron el bronce. 

“Me sentía intranquilo y Yahel me ayudó a relajar los nervios, me quedó una sensación de darle un golpe a la pared, pero un cuarto lugar no es malo”, dijo Celaya al término de la competencia. 

En el Centro Acuático de Tokio, la dupla mexicana osciló entre el quinto y cuarto lugar en las primeras tres rondas. En la cuarta subieron un peldaño gracias a un salto de 3.9 grados de dificultad que se vio opacado en su quinta ejecución (3.8), que fue desafortunada al obtener calificaciones de 4 y 6 puntos. 

“Este debut olímpico me motiva porque yo quiero ganar una medalla. No sé si Yahel se va a retirar o no, esa será una decisión personal, en mi caso he platicado con compañeros como Osmar Olvera y Rodrigo Diego, con quien podría trabajar en sincronizados”, agregó Celaya. 

China logró oro con Zongyuan Wang Siyi Xie (467.82) y la plata fue para los estadunidenses Andrew Capobianco y Michael Hixon (444.36). 

El cuarto lugar de Celaya y Castillo se suma al bronce de Alejandra Orozco y Gabriela Agúndez, además de los dos cuartos lugares de Carolina Mendoza y Lolita Hernández y el de Kevin Berlín y Diego Balleza. México, pese a todo, se ha mantenido como el cuarto mejor equipo en todas las pruebas de los clavados. 

Castillo (Guadalajara, 34 años) tenía pendiente alcanzar sus terceros Juegos Olímpicos. Su estreno, en Beijing 2008, terminó con un séptimo lugar.  

Tokio 2020 se les escapó a los mexicanos Castillo y Celaya en el último salto. Un revés y otra lección por aprender. México, ansioso por coleccionar otro metal, encuentra consuelo en tener a los mejores clavadistas de América Latina.   

jl/I