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‘Aviadores’ impunes

En el Congreso local se supone que deben cumplir con las leyes y procurar la justicia, pero se hacen de la vista gorda; y un ejemplo son los aviadores impunes. 

Legislatura tras Legislatura se habla del mismo problema e incluso con el tiempo se minimiza, pero sólo basta poner el foco en la forma que toman sus decisiones y se encontrará que sigue prevaleciendo esta práctica de contratar a personas que no trabajan y sólo cobran. 

El viernes pasado por acuerdo de la Junta de Coordinación Política, es decir, de todos los coordinadores parlamentarios de todos los colores partidistas, se aprobó agregar ocho nombres a la lista del personal de base para quitar la obligación de checar la entrada y la salida, y aquí no estoy criticando al personal que sí labora y los vemos todos los días y que necesita de esta flexibilidad laboral; sólo quiero tomar esta oportunidad de los legisladores para evidenciar que es en estas decisiones cuando otorgan privilegios a las personas recomendadas, subordinadas o de amistad para facilitarles su jornada laboral. 

Aquí ni siquiera estoy hablando de personal supernumerario que ya cuenta con este privilegio de no checar tarjeta porque su forma de trabajo, sus horarios y su evaluación depende de quien lo contrata, es decir, del diputado. Y aquí es donde más se puede dar esta situación porque pueden estar cobrando sin que nadie los vea trabajando o en alguna comisión, y sin que nadie les diga nada, porque no cuentan con alguna forma de evaluación de su trabajo. Todo queda en el criterio de quién lo metió a trabajar y nadie le pide cuentas. 

Este personal supernumerario no tiene que entregar reportes, firmar listados de asistencia o comprobar que desquita su sueldo, porque está la discrecionalidad que los mismos diputados locales se otorgan periodo tras periodo. Los que aparecen en esos listados que envían a la Secretaría General tienen hartos privilegios, incluso su jefe define su sueldo, y claro que ahí hay aviadores; algunos son conocidos abiertamente y otros solamente se dan cuenta ciertos legisladores, pero nadie levanta la voz, todos permanecen callados. 

La complicidad es tal porque algún día podría ofrecérseles hacer lo mismo y no pueden estar criticando algo que después podrían requerir, o porque su coordinador parlamentario se los pide o porque así se maneja su partido y no protestan porque no quieren asumir consecuencias o críticas. 

Este tema vuelve a salir a colación porque ahora el personal de base está teniendo esta oportunidad de no trabajar, porque los exentan de la única herramienta visible para acreditar su trabajo que es a través del reloj checador. 

Si se revisa el listado de las 32 personas que en esta Legislatura tienen este privilegio, hay varios nombres que son conocidos de aviadores, pero nadie acusa, levanta la voz o pide investigar. Nadie quiere evidenciarlos porque sería darse un tiro en el pie. 

En estos dos casos están esos aviadores que son tan buscados. Todos impunes porque nadie los busca y la práctica se sigue manifestando año tras año. 

En un mes y una semana aproximadamente entrará una nueva Legislatura, que desde hoy adelantamos que seguirá con esta práctica, porque les conviene y luego se quejan del desprestigio de este poder cuando ellos mismos lo propician y no le ponen un alto. 

Ya no hay privilegios económicos como en otros tiempos en cuanto a apoyos de gasolina, alimentos u otras dádivas, pero optaron por aumentar el personal supernumerario a contratar por diputado y por coordinación para poder meter ahí a más gente y tener otra forma de beneficio, porque hasta dicen que les piden la mitad de su salario para tener ingresos líquidos. 

Mientras no pongan candados para evitar la impunidad, este tipo de prácticas seguirán ocurriendo porque a todos les conviene, sin importar el color partidista o la supuesta independencia. 

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jl/I