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20 años para pagar una hamburguesa

¿Se imagina comprarse una hamburguesa en un restaurante de comida rápida y pasar 20 años pagándola? ¿Cuánto tendría que pagar en intereses? Aunque le parezca un exceso, ya lo hizo, aunque no directamente. Lo hizo como jalisciense, porque en el gasto del fondo Covid, financiado con recursos del megacrédito de 6 mil 200 millones de pesos, hubo funcionarios que decidieron usar el dinero para pagar comidas, bares y cafés. 

La deuda autorizada por el Congreso del Estado es el monto mayor de un crédito contratado en Jalisco. El argumento para dar el visto bueno a la petición del gobernador Enrique Alfaro Ramírez fue la pandemia de Covid-19 y la necesidad de disponer de recursos para hacer frente a los gastos de salud y de apoyo para la reactivación económica. 

Para definir el destino de los recursos del crédito, se hizo una triangulación. Primero, se modificó el Presupuesto de Egresos 2020 para eliminar los recursos de diferentes partidas de inversión pública por 3 mil 600 millones de pesos, los cuales fueron enviados a otra partida de nueva creación, la 4418, la cual fue denominada “apoyo para erogaciones imprevistas Pandemia Covid-19”, a la cual se le asignaron 3 mil 520 millones de pesos. 

Esos 3 mil 520 millones de pesos son el fondo Covid. El hueco que se generó para crearlo se cubrió con la deuda. En la distribución final de ese crédito, los diputados autorizaron que se destinaran más de 2 mil 177 millones de pesos a infraestructura social, poco más de 2 mil 83 millones de pesos para infraestructura e inversión económica y mil 939.5 millones para la reactivación de la economía en el estado, que suman los 6 mil 200 millones de pesos. 

La triangulación tuvo que hacerse porque el gobierno del estado no podía pedir deuda directa para algo tan indefinido como la partida Covid. Pero, aunque se haya hecho este movimiento, la partida 4418 es en estricto sentido parte de la deuda. Es decir, solo se sacó el dinero de una bolsa para meterlo en la otra. 

Es cierto que la creación de ese fondo permitió al gobierno de Enrique Alfaro destinar recursos para atender las necesidades de salud e impulso económico. Sin embargo, la emergencia fue también aprovechada para un manejo poco transparente, discrecional, desordenado, sin planeación e irregular. 

Con el pretexto de la emergencia, más de 97 por ciento de los recursos que se han transparentado se gastaron en asignaciones directas. Esto provocó que las adquisiciones las haya decidido cada funcionario que tuvo acceso a la millonaria bolsa. 

Por eso, con el argumento de que se trataba de reuniones de trabajo, funcionarios de la Secretaría de Desarrollo Económico presentaron 29 facturas de comidas, cafés y hasta de un bar, con cargo al fondo Covid. Es cierto que el monto podría considerarse menor, frente a los millones que componen la bolsa; sin embargo, esto también nos habla de la voracidad de funcionarios incapaces de pagarse un café o una hamburguesa en un restaurante de comida rápida con su salario. 

El Diario NTR pudo confirmar que ese argumento es tan endeble que no se pudo documentar. En una respuesta vía transparencia, la Sedeco admitió que solo hablaron de temas de trabajo y no se generó documento alguno en una de esas reuniones, celebrada en el bar Hudson la tarde del viernes 28 de agosto del año pasado. 

Estos gastos son irregulares y así lo confirmó la Contraloría del Estado en la investigación especial que abrió. Pero lejos de enviar señales de una vigilancia en el gasto de la deuda, el gobierno del estado ha protegido a los funcionarios, quienes difícilmente serán sancionados por aprovecharse de la pandemia. Además, ante la falta de transparencia, será difícil dar seguimiento a cada peso que se usó y que pagaremos los jaliscienses a un plazo de 20 años. 

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jl/I