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La oferta política del segundo semestre

En el segundo semestre de este año, luego de las elecciones de junio, se ha establecido en el país un proceso de alto interés en lo referente a la forma en la que se establecen las ofertas de administración pública correspondientes a todos los partidos políticos, mismos que participaron en el proceso electoral en el que se renovaron gubernaturas en varios estados y, por otra parte, hubo, de igual forma, confirmación o renovación de cuadros en los Congresos federal y local, así como las presidencias municipales. 

La peculiaridad de esta fase de administración pone a prueba elementos en los que tradicionalmente no se ubicaba tanto énfasis, es decir, en la diferenciación de las plataformas ideológicas y sus proyectos de gestión administrativa. El cambio de administración desde 2018 ha puesto a prueba la solidez de la dimensión administrativa que se diferencia absolutamente de la perspectiva meramente ideológica. En efecto, las plataformas ideológicas no siempre mantienen una constancia efectiva en la gestión administrativa. 

El funcionamiento administrativo considerado como un elemento de desarrollo institucional ha pasado por diferentes problemas de instauración en la medida en la que la presente administración federal colocó mayoritariamente el acento en la dimensión ideológica que en la administrativa, circunstancia que no encontró una correlación de efectividad en la gestión pública. 

Diferentes anécdotas generan testimonio de ello, probablemente, la desaparición y luego la reinstalación del Fondo de Desastres Naturales de México (Fonden) surgido al final de la década de los 90, como un mecanismo presupuestario para apoyar de manera eficaz y oportuna a la rehabilitación por desastres naturales se determinó por razones ideológicas su suspensión, pero la persistencia de fases complejas durante estos años, incluyendo la pandemia, demandaron su reinstalación. Se trata de la generación de estructuras institucionales o sus sustitutos pero sin dejar vacíos. 

De esta forma, en lo referente a la oferta, deja de ser la dimensión meramente discursiva para, ahora, observar la efectividad de las prácticas de políticas públicas en una administración institucional lo que entrará en el esquema de evaluación de los votantes. De esa forma, el partido Movimiento Regeneración Nacional (Morena) se confirmó como el gran vencedor a nivel estatal al llevarse 11 de las 15 gubernaturas que estuvieron en juego. Por su parte, el PAN retuvo los estados de Chihuahua y Querétaro, mientras que la alianza PT-PVEM conquistó San Luis Potosí, y Movimiento Ciudadano obtuvo Nuevo León. 

El mosaico ideológico queda instalado; sin embargo, la variante será, como ya se dijo, la observación del electorado que tendrá elementos claros para evaluar el desempeño, no de las ideologías, sino de la gestión pública que tiene una perspectiva de observación de contrastes. Quizá un elemento de importancia que ayuda a fortalecer esta hipótesis lo constituye los resultados electorales en la Ciudad de México en la que no hubo, como se consideraba, el triunfo hegemónico del partido en el poder, sino una dispersión, ciertamente de un poderoso trabajo político, pero no hay que descuidar la perspectiva que tiene el ciudadano del desempeño de las ofertas de administración pública ofrecidas por los partidos. 

Hemos arrancado un segundo semestre con características importantes de observación, lo que representa un reto considerable para todos los institutos políticos que enfrentan un escenario complejo y requieren un trabajo de eficacia que se traduzca en indicadores significativos para la ciudadanía. El proceso electoral de 2024 ya está en movimiento. 

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jl/I