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La sentencia de muerte de la Metropol

Que ya no va a haber límites territoriales para los policías metropolitanos y que ya van a trabajar todos juntos es un cuento que en varias ocasiones nos han contado.

Tuvimos ya los experimentos de la Metropolicía en 2007, la Fuerza Única Metropolitana en 2013 y la Policía Metropolitana de Guadalajara en 2019. El gobernador hasta salió en 2020 a decir que, con esta última, se había logrado “unificar a más de 8 mil 500 policías” de las nueve corporaciones municipales. Entonces, ¿para qué una coordinación intermunicipal entre Guadalajara y Zapopan?

La respuesta es que la farsa de la famosa Metropol ya no le sirve políticamente al alcalde tapatío Pablo Lemus, pero sí le servirá tener el control de las emergencias en los dos municipios más poblados de Jalisco, que están también entre los 10 más populosos de México. El primer paso está en las fuerzas de seguridad.

En el discurso, la supuesta Metropol se dedica, según la ficción oficial, a combatir los delitos de alto impacto. Lemus decía que ellos se encargan de rastrear los patios donde los robacoches enfrían los vehículos robados. Eso lo quisiéramos ver. Con su grupo de reacción que no reacciona, la Metropol se limita a ir a juntas de seguridad.

Muchas de las atribuciones que supuestamente tendría la Metropol, ahora las asumirá para Guadalajara y Zapopan la coordinación intermunicipal, según los planes anunciados la semana pasada por ambos municipios, por ejemplo, la formación policial a través de una academia unificada, contratación de agentes, servicio profesional de carrera, vigilancia conjunta, operaciones coordinadas en zonas limítrofes, adquisición de vehículos.

Y al frente de todo ello, el hombre que dirigió durante seis años la Comisaría de Zapopan, Roberto Alarcón Estrada, como coordinador. En el período de transición de las administraciones municipales salientes a las actuales, se hablaba de que él tomaría el control de la Metropol. No cuadraba esa idea porque significaba mandar a un escritorio sin peso real a la persona que orquestó toda la estrategia de seguridad del municipio más poderoso de Jalisco durante seis años.

En cambio, ponerlo al frente de la coordinación intermunicipal tiene sentido porque da continuidad al proyecto, en que los comisarios de ambos municipios estuvieron bajo sus órdenes anteriormente. Aunque en el papel no tiene tanto peso, en la práctica parece que será él quien dé dirección a toda la seguridad tapatía y zapopana mucho más que cualquier otro mecanismo que haya existido hasta ahora, concentrando casi dos terceras partes de todo el estado de fuerza metropolitano con 5 mil 400 agentes.

Lemus niega que el nuevo esquema vaya a desplazar a la Metropol, pero la verdad es que se trata de su sentencia de muerte. De por sí, las facultades de ese organismo público descentralizado y su presupuesto estaban muy limitados para realizar todos los proyectos que se mencionaron desde su creación, ahora esta nueva instancia intermunicipal marcará una clara escisión entre la coordinación metropolitana y la coordinación del centro y norponiente de la seguridad en la metrópoli.

Lo interesante sería que, más allá de los discursos políticos llenos de triunfalismo anticipado diciendo desde ya que tendrán más de 7 mil policías, lo cual es apenas un objetivo proyectado, las nuevas instancias de seguridad elaboraran una estrategia abierta al escrutinio público. La opacidad ha sido característica de todos los proyectos policiales metropolitanos hasta ahora, y lo óptimo sería un viraje hacia la participación ciudadana y la gobernanza en la definición de las políticas de seguridad y la rendición de cuentas.

Twitter: @levario_j

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