INICIO > OPINION
A-  | A  | A+

365 años de Halley 

Otros filósofos naturales como sir Hans Sloane y el astrónomo Edmond Halley viajaron a las Américas ellos mismos y recolectaron especímenes. 

Sarah Irving, Natural Science and the Origins of the British Empire, Pickering & Chatto, London (2008), p. 22

   

El muy célebre apellido de quien fuera el segundo astrónomo real de Inglaterra (1720-1742) lo identificamos como el nombre del primer cometa periódico cuya característica de periodicidad fue propuesta justamente por él: Edmond Halley, nacido el 8 de noviembre (29 de octubre en el Old Style inglés) de 1656 en la localidad de Haggerston en el este de Londres. 

Hacia 1673 ingresa en el Queen´s College de la Universidad de Oxford y tres años después viaja a la isla de Saint Helena al oeste de África para realizar observaciones con las cuales se complementarían catálogos estelares del hemisferio norte y por primera vez elaborar un catálogo de estrellas sureñas. Luego de su regreso en 1678, según da cuenta su biógrafo el cometólogo doctor Donald K. Yeomans, “por orden real, la Universidad de Oxford le otorgó el grado de maestría, aunque no había cumplido con el requisito de residencia” (Biographical Encyclopedia of Astronomers, Springer 2014, p. 892). 

En su faceta de explorador, Halley es nombrado en 1698 capitán del buque Paramour y emprende una expedición con el fin de hacer prospecciones magnéticas en el Atlántico sur y mejorar las mediciones de las coordenadas de las posesiones británicas en América. En la tesis expuesta por Sarah Irving en su libro del cual sacamos el epígrafe de esta nota se aborda el proyecto del Imperio Británico en el cual las colonias americanas serían un repositorio del conocimiento perdido y su recuperación, por las investigaciones que propiciaron, permitiría restaurar el imperio del conocimiento humano.  

El caso español lo expone Ardnt Brendecke en su tesis de habilitación que fue publicada con el título de Imperio e información. Funciones del saber en el dominio colonial español (Iberoamericana-Vervuert, Madrid-Frankfurt am Main 2012). Entonces, como hemos comentado en otras colaboraciones, el cultivo del conocimiento científico se vuelve una necesidad de estado, cuestión que no han entendido claramente los actuales gobernantes de México. 

Halley también fue muy activo miembro de la Royal Society de Londres, de la que fue electo fellow el mismo año de su graduación en Oxford. No sólo animó a Newton para publicar su magna obra los Philosophiae Naturalis Principia Mathematica, sino que también pagó su edición. Como traductor colaboró con David Gregory en la traducción de las Cónicas de Apolonio a partir de traducciones árabes incompletas. 

Yeomans escribe de Halley: “Tenía una gama extraordinaria de intereses científicos e hizo contribuciones significativas a muchos de ellos, incluida la astronomía estelar, la escala del sistema solar, la navegación y la geofísica, las matemáticas y los movimientos de los cometas”. 

Twitter: @durrutydealba

jl/I