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Dos ex policías y un ‘rey’ de la cocaína

En esta columna Cartapacio había escrito antes que mucho se habla de los cárteles y de los grupos de la droga en México, pero nada, o casi nada, de la participación de autoridades de seguridad en Estados Unidos y su responsabilidad en el crecimiento y consumo de droga ilegal.

En uno de los casos más recientes, el fiscal federal para el distrito del norte de Texas, Chad E. Meacham, encontró culpable de posesión, administración, venta de drogas y lavado de dinero al dueño de varios clubes nocturnos en las ciudades texanas de Dallas y Fort Worth. Pero esto no hubiera sido posible sin la participación de dos ex policías de Dallas que trabajaban para él como supervisores de seguridad en sus negocios.

Primero, contaré brevemente el caso.

El magnate de los clubes nocturnos es Alfredo Navarro Hinojosa y tenía más de 40 negocios, entre los que se encontraban OK Corral en Fort Worth y Far West en Dallas; entre los años 2014 y 2016 había reportado ganancias por unos 107 millones de dólares como parte de los ingresos. Sus locales abrían viernes, sábados y algunas horas durante los domingos.

De acuerdo con la acusación, la venta de droga era permitida en sus locales, y tenía como cómplices a amigos y familiares: entre los nombres aparecen Miguel Casa, Martín Salvador Rodríguez (alias Chava), Humberto Baltazar Novoa, Josephine Hinojosa y otros.

Los traficantes vendían entre 100 y 200 bolsitas de cocaína cada fin de semana mientras estaban en horas de operaciones los clubes, a 20 dólares cada bolsita. En total, según la acusación, los traficantes vendían lo que equivalía a varios kilogramos de cocaína, obteniendo cientos de miles de dólares.

Los documentos señalan que los gerentes Casas y Rodríguez dejaban que los distribuidores de droga vendieran cocaína a los clientes, y eligieron a ciertos traficantes en lugar de otros para operar en los clubes.

Ni Navarro Hinojosa ni los gerentes vendían o manejaban personalmente la cocaína, detalla la acusación, y tampoco se llevaron una parte directa del dinero de las ventas de cocaína, sin embargo, el hecho de que vendieran drogas les hizo obtener beneficios en los clubes.

El empresario utilizó empresas ficticias para ocultar el origen de grandes cantidades de efectivo que entraron a sus clubes, según el fiscal.

La investigación del caso comenzó a inicios de 2012 pero Hinojosa fue detenido hasta diciembre de 2017. El juicio se inició a finales de septiembre pasado y había sido retrasado por la pandemia del Covid-19.

Además de los amigos y familiares, estaban dos hombres que trabajaron como policías durante más de 20 años en Dallas.

Se trata de Edward Villarreal y Craig Woods: Villarreal trabajó para la Policía de Dallas de 1994 hasta 2015, de acuerdo con los expedientes, y entre 2001 y 2017 también laboró como consultor de seguridad y jefe de seguridad de Navarro Hinojosa.

En tanto, Woods perteneció hasta el año de 2017 en la unidad canina de la Policía de Dallas.

Los expedientes señalan que los ex policías laboraban para Navarro Hinojosa cuando no estaban de servicio y que tanto Villarreal como Woods utilizaron su posición en el departamento de Policía de Dallas para ayudar al empresario y solapar sus negocios ilícitos.

Ambos le dieron información al empresario de los clubes sobre la investigación criminal en proceso y sobre a quiénes estaban siguiendo.

En resumen, este es el caso, uno entre tantos, donde también servidores públicos estadounidenses están involucrados en el aumento y consumo de la droga ilegal en ese país.

ENTRESACADO

Los documentos señalan que los gerentes Casas y Rodríguez dejaban que los distribuidores de droga vendieran cocaína a los clientes

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