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Derroche de ricos

Mientras los efectos del Covid-19 generaron nocivas consecuencias en la mayor parte de la población, al grado de adelgazar a la creciente clase media, los ricos del país destinan parte de sus recursos a residencias de súper lujo en Estados Unidos. 

En la inmobiliaria Palazzo Della Luna, una de las más importantes de Florida, 13 por ciento de los compradores provienen de México y el interés de parte de los sectores pudientes mexicanos se incrementó 28 por ciento durante el segundo trimestre de este año en relación al mismo periodo del 2020. 

En Miami, los mexicanos pasaron del décimo al cuarto sitio entre los compradores de residencias y departamentos de lujo provenientes del exterior. 

Las estimaciones del gasto de mexicanos en vivienda de lujo, solo en la ciudad de Miami, fueron de alrededor de 8 mil quinientos millones de pesos (420 millones de dólares), en el último año, destacando la adquisición de refinadas y exquisitas viviendas en la exclusiva zona de Fisher Island, catalogada por Bloomberg, como el código postal más caro de Estados Unidos. 

La venta allá de propiedades de lujo, y ultra lujo, se disparó desde el inicio de la pandemia incrementándose hasta cuatro veces al día de hoy. Los precios parten del millón y medio de dólares hasta 12 millones de dólares (240 millones de pesos) por propiedad, lo que viene a ser una ofensa ante el empobrecimiento de decenas de millones de mexicanos. 

Y todavía estos súperricos se quejan porque ahora sí se les cobran impuestos aquí. 

AHORROS 

Muchos en México se flagelan porque ha subido la inflación a poco más de seis por ciento en el pasado mes de octubre con la pretensión de culpar de ello al gobierno. 

Omiten que buena parte del origen de la carestía se debe a efectos internacionales derivados de las distorsiones económicas provocadas por el confinamiento obligado por la pandemia y al calentamiento global que ha perjudicado la producción de cereales en amplias regiones del mundo. 

Basta decir que en Estados Unidos la inflación se disparó, en octubre pasado, hasta un 6.2 por ciento, el registro más alto para un mes en 31 años, con una tasa inter anual por encima del 5 por ciento por quinto mes consecutivo. 

En México, a pesar del incremento inflacionario, se mantiene la solidez macroeconómica, como no había sucedido antes, sin aplicar recetas asfixiantes del Fondo Monetario Internacional (FMI), ni mayor endeudamiento. 

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Twitter: @salvador_mtz

jl/I