Reto de género

Las 24 diputadas de la Legislatura 63, que llevaban apenas una semana en su cargo, fueron retadas en un tema de género: despenalizar el aborto. 

Este acto lo hicieron sus propios compañeros de curul, los dos diputados del partido Hagamos, Mara Robles y Enrique Velázquez, para discutir sobre cómo deben armonizar las leyes locales, incluida la Constitución local, para acatar las últimas resoluciones de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. 

Este tema está suficientemente discutido, se han expresado posturas con millones de palabras habladas o escritas, y ahora la petición es actuar por parte de la recién estrenada Legislatura. 

El tema está en la mesa, listo para analizarse, discutirse, desmenuzarse y consensuarse; sólo faltaría que los 38 legisladores que hay en total decidan escuchar los argumentos de los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación para ver el cómo pueden armonizar las leyes, aunque también está la disyuntiva de evitar en todo lo posible cualquier reforma que lleve el tema del aborto, como ocurrió en la pasada Legislatura. 

En este momento se puede hacer una apuesta para saber si este tema se quedará en la congeladora, se aprobará hasta casi al final de la Legislatura, antes de las campañas electorales o si hay sorpresas en lograr consensos en el mediano plazo; esto último hablaría de una Legislatura a la vanguardia y apegada a los tiempos modernos y hasta suena a utopía. 

Aunque este compromiso es de los 38 legisladores, la bancada integrada por mujeres está más obligada a atender el tema por razones de género y por ser la primera que tiene más mujeres que hombres, tan sólo diez más, y tienen el peso numérico y en votos para lograrlo, aunque el peso político es el que está en veremos. 

Con esta situación también se podrá advertir si hay unión entre quienes ocupan las curules mayoritarias o si solamente usarán su fuerza numérica y la novedad de ser muchas para eslogan y frases publicitarias para llamar la atención, dejando de lado los temas que las atañen directamente. 

Las legisladoras tienen un compromiso directo con todas esas mujeres que han muerto en abortos clandestinos, las que están o estuvieron en la cárcel por haberlo hecho cuando la ley lo penaliza, a las que asustan y amenazan con llevarlas a prisión si se animan a hacerlo y tantas que han muerto por hacerlo en la clandestinidad. 

Se trata de limpiar el camino para muchas otras que quieran defender su derecho a decidir sin el temor de ser castigadas penalmente; también consiste en hacer justicia con las más pobres porque son las que carecen de recursos económicos para defenderse. 

Como en muchos otros temas sociales se ha demostrado que la unión hace la fuerza para convencer a los que no quieren, a los que tienen miedo de la crítica social, a los que sus familias o sus religiones se los impiden, pero deben ser más los que puedan votar libremente analizando la realidad y apegándose a la ley. 

Jalisco puede hacer historia este mismo año o cuando mucho el siguiente si la Legislatura 63 lo logra, pero tendremos que verificar qué pesa más: la legalidad en una batalla ancestral o las convicciones religiosas. 

Aquí no se trata de polemizar sobre el acto en sí, se trata de acatar lo que ya es ley y que no tiene reversa, lo que ya no se puede cambiar legalmente; y ante todo esto, habrá que estar al pendiente de cuál es la lectura que se da entre diputados y contar en qué parte de la historia quieren quedar cuando pueden ser los protagonistas. 

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