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Servicio civil de carrera congelado

En el Congreso local se están especializando en congelar temas y estarlos posponiendo trienio tras trienio, y uno de ellos es hacer efectivo el Servicio Civil de Carrera. 

Ha habido varios intentos, y siempre se quedan en buenas intenciones. A veces sólo se mencionaban como buenos deseos y recientemente se han quedado en la congeladora en espera de que llegue una Legislatura sin intereses políticos y con más ánimo de trascender. 

En el pasado, los legisladores locales se han preocupado más sobre cómo dejar gente en la nómina que buscar cómo mejorar a los empleados y hacerlos que se superen. 

En la Legislatura 62 se quedó en comisiones una propuesta de hacer efectivo el escalafón, porque reconocían que hay personal que se ha preparado estudiando la carrera, la maestría o hasta el doctorado, pero de nada sirve porque siguen teniendo el mismo puesto y el mismo salario sin ninguna oportunidad de superación. 

Ahora vuelve a surgir el tema entre las agendas legislativas de las bancadas y de las comisiones al iniciar una nueva Legislatura con buenos propósitos, y con el antecedente de que aquí no pasa nada. 

Este tema tan gastado en cada Legislatura, con promesas de que trabajarán por ellos buscando cómo hacerlos escalar para mejorar su sueldo y sus prestaciones ya no se los creen; el discurso de querer hacer todo lo posible por lograr aprovechar la experiencia, los conocimientos y las capacidades de los servidores públicos que se han especializado en temas legislativos, ya no es creíble. 

Puede ser que entusiasme volver a oírlo, pero al hacer memoria llega la sensatez de que esto no ocurre, porque el tiempo pasa y sólo dejan el tema en la congeladora, ni siquiera es una prioridad en los temas de los sindicatos. 

Desde el arranque de la Legislatura 62 se propuso y se trabajó durante todo el año en este tema y hasta se hicieron mesas de trabajo, se consultaron especialistas y se hizo una propuesta que se quedó en la congeladora, y lamentablemente los acuerdos políticos no llegaron. 

Hacer este tipo de promesas nuevamente ya no emociona y ni siquiera se toman en serio con este pasado sin resultados. 

Una muestra de la poca credibilidad y esperanza son los cambios que ha habido para trabajar. Los anteriores grupos cohesionados para asesorar bancadas se empiezan a desintegrar, porque en esta administración optaron por trabajar de manera individual con un solo diputado. ¿Las razones? Son diferentes en cada caso, pero todas coinciden en que lo ven más como un tema de superación y reconocimiento que mantenerse como estaban. 

Este tipo de anuncios se están dando en todas las áreas, no sólo asesores, porque consideran que hay más crecimiento y exposición directamente con un legislador que mantenerse en un bloque donde ya no hay dónde más crecer y prefieren cambiar de aires, y si de paso se da una oportunidad no dudarán en aprovecharla como lo han hecho otros. 

La promesa de reconocimiento por trabajo o conocimientos adquiridos seguirá siendo algo utópico e intangible, porque los líderes parlamentarios prefieren conseguir espacios para su gente y meterla a la nómina, que pensar en ver cómo pueden hacer mejorar al personal de base. 

Este personal está olvidado y sólo se acuerdan de él para conseguir a los mejores perfiles o los más trabajadores para que les saquen el trabajo, pero sin ayudarlos a tener mejores prestaciones y mejores salarios. 

Aquí sólo les importa elegir a cuántos pueden tener en sus salas o sus coordinaciones para poder contratar a sus compas, a sus amigos o a sus recomendados para hacer el trabajo político que los de base no deben hacer. 

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jl/I