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Destaca la feria en sus medidas sanitarias

(CUIDADOS. Esta edición se muestra distinta, con algunas restricciones que aportan a la reducción del riesgo de contagio por Covid-19. Foto: Jorge Alberto Mendoza)

Con una edición 100 por ciento virtual a cuestas y con el deseo y la responsabilidad de regresar a la presencialidad, este fin de semana arrancó la edición 35 de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL), entre rigurosos protocolos sanitarios y poca afluencia en la jornada dominical. 

Tanto Expo Guadalajara como la propia FIL apostaron y cumplieron, al menos en el arranque, por una exposición apegada a los más rigurosos protocolos de sanidad. En los ingresos hay despachadores de gel, túnel sanitizante, así como toma de temperatura. Es imposible ingresar sin cubrebocas. 

Más allá de los filtros, y debido a la gran concentración de visitantes que suele tener, los protocolos destacan ya en el piso de exhibición. Esta edición se muestra distinta, con algunas restricciones que aportan a la reducción del riesgo de contagio por Covid-19 y que la conviertan en una feria segura. 

Por todas las áreas de FIL se establecieron sentidos de circulación, en cada cruce de pasillos se instalaron despachadores de gel antibacterial, se destinó a decenas de personas de vigilancia quienes se encargan de apercibir a las personas que no estén portando el cubrebocas, o bien, que lo estén usando mal. Nadie se les escapa y destaca la insistencia en materia de vigilancia de las medidas. 

Pero no sólo los ingresos o los pasillos tienen restricciones. Aquellos stands de editoriales que año con año sobresalen por la gran afluencia de personas que acuden a ellos, esta vez también tienen un aforo reducido. Este domingo, las personas tuvieron que permanecer en fila por alrededor de 15 minutos para ingresar a algunos de ellos, esto para evitar las aglomeraciones al interior de estos espacios. 

Ayer la FIL se mostró con una postal distinta a la que se acostumbra. Si bien la feria recién comenzó, sus pasillos en esta jornada de domingo no lucieron abarrotados, y se aprecia a simple vista la reducción en el aforo al interior del recinto, controlado por un conteo digital mediante código de barras en los gafetes, que garantizan el cupo máximo de visitantes al interior de Expo Guadalajara. 

jl/I