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Consulta inútil con pregunta malhecha

Preguntar puede ser un acto democrático. Implica una invitación a escuchar y dialogar. Preguntar es una técnica y un arte. Una pregunta tiene una o más intencionalidades. Las preguntas no son neutrales, porque no es neutral el que las expresa. Las preguntas se pueden clasificar en función de los objetivos. 

Por ejemplo, hay preguntas cerradas y abiertas, de opción múltiple, exploratorias de tendencias, que se centran en el problema o en la solución. O que cargan suposiciones, que empantanan o abren puertas. Las preguntas poseen contextos, antecedentes y tonos. Pueden ser inquisitoriales, respetuosas, sorpresivas, irónicas, permitir la apertura de mentes. Las hay que encubren afirmaciones o que son intervenciones de procesos. Unas iluminan senderos, otras los oscurecen. Algunas inspiran y motivan, o frustran. Podemos hallar preguntas complejas o sencillas. Una batería de preguntas puede ser un rudo interrogatorio o un deleite. 

Es enorme el tema relacionado con las preguntas y el preguntar, del que poca consciencia suele tenerse. En cierto nivel, los distintos oficios y profesiones generan diferentes interrogantes. La planeación de políticas públicas puede recurrir a múltiples mecanismos, con un buen diseño y metodología. 

En el caso de la consulta popular sobre el pacto fiscal abundan las críticas: lo caro, con mayores recursos que otros temas más prioritarios; los parámetros, basados en el producto interno bruto, con datos imprecisos; el dejar de lado factores como la inversión federal en Jalisco o el aumento previsto para 2022; la baja recaudación fiscal en la entidad y su insuficiente infraestructura recaudatoria; que en el fondo mide el consenso social y promueve al gobernador; el vergonzoso acarreo de gente; la inutilidad de preguntar lo que es facultad de la legislatura local; los chantajes, como sucedió con la propuesta a la UdeG por diputados de Movimiento Ciudadano a cambio de apoyar la consulta, etcétera. Que se exija un trato fiscal justo es legítimo. El cómo se hace deja dudas y genera críticas. 

Me centro en la pregunta. De acuerdo con el sitio pactofiscal.mx la pregunta es: ¿Estás de acuerdo en que cada seis años se revisen los términos de la coordinación fiscal y la manera en la que la Federación distribuye los impuestos, para que se decida si Jalisco permanece o se sale del pacto fiscal? 

De entrada, está formulada con un sí implícito. Si se expresara ¿estás o no de acuerdo?, pondría dos alternativas de respuesta. Pero el “no” fue eliminado. La pregunta da por hecho que el respondiente identifica qué es la coordinación fiscal y cómo distribuye la Federación los impuestos. Se trata de temas complejos, con vertientes jurídicas, políticas, estadísticas, históricas, sociales, que no se aclaran con ofrecer solo una versión, la del gobierno de Jalisco. Dudo que la mayoría tenga suficiente información para dar una respuesta informada, crítica, razonada. La consulta pudo ser un proceso formativo o educativo; no es así, son otras sus intenciones. 

La pregunta aclara que las respuestas son “para que se decida si Jalisco permanece o se sale del pacto fiscal”. Es decir, abre la opción de permanecer o salirse del pacto fiscal. Y esto contradice lo que el propio sitio oficial asegura: que la pregunta no significa que las y los jaliscienses decidiremos si Jalisco sale o permanece en el pacto fiscal porque, reconoce, “constitucionalmente, eso no se puede poner a consulta”. Si es así, entonces, ¿por qué abren esa opción? 

La pregunta está malhecha. Es sesgada y confusa. Mal diseñada. Induce la respuesta al estar precedida de una millonaria campaña a favor del sí. Además, si se responde sí, lleva a una conclusión que, vía la consulta, no se puede materializar. Se trata de, lástima, una consulta chafa. 

Twitter: @SergioRenedDios

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