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Frangie, el aliado de la Villa Panamericana

La llegada de Juan José Frangie a la presidencia municipal de Zapopan es para los propietarios de la Villa Panamericana, sin lugar a dudas, el mejor suceso desde que el ex gobernador Emilio González Márquez les entregó el proyecto para este desarrollo inmobiliario. 

El alcalde zapopano se ha convertido en su aliado al dejar pasar el tiempo sin la más mínima intención de revisar si se cumple con los reglamentos municipales, los usos de suelo y los compromisos que asumieron los particulares a cambio de que cesaran los juicios que mantuvieron congelado el proyecto durante más de ocho años. 

En diciembre pasado, el magistrado del Tribunal de Justicia Administrativa (TJA) Laurentino López Villaseñor emitió una resolución en la que ordena al Ayuntamiento de Zapopan otorgar la habitabilidad de la Villa Panamericana, lo que en términos prácticos significa la posibilidad de poner a la venta los departamentos. 

De inmediato, sin siquiera abrir la posibilidad de poner a trabajar a su equipo jurídico, Frangie declaró resignado que no se podía hacer más y, por lo tanto, se cruzó de brazos y dio vuelta a la página. 

Lo anterior, a pesar de que hasta la fecha los desarrolladores de la Villa Panamericana no han demostrado que entregaron las hectáreas que hacían falta para alcanzar el polígono que se ajuste a la densidad habitacional permitida. 

Sumado a la actitud del presidente municipal de Zapopan llegó la derrota en uno de los amparos que se han promovido en la zona de El Bajío, demostrando lo endeble que es la estrategia jurídica del gobierno del estado para blindar de nuevos desarrollos habitacionales esta zona, ubicada en las inmediaciones del bosque La Primavera, y de la que ya se ha reiterado su importancia en la recarga del acuífero de Atemajac y, por ende, para el abasto de agua en algunas colonias de la Zona Metropolitana de Guadalajara. 

Dicho amparo dejó además al descubierto que el gobierno del estado ni siquiera presentó el informe justificado, que es una acción de mero trámite, para defender el acto de autoridad que es cuestionado por el particular. 

Además de todo lo anterior, el Parlamento de Colonias, a través de uno de sus integrantes, Elías Orozco, recordó que al firmar el desistimiento de las demandas en los juicios de nulidad que tenían congelada la Villa Panamericana, los desarrolladores asumieron una serie de compromisos en materia ambiental. 

El Parlamento de Colonias había conseguido, junto con el abogado Salvador Cosío, suspensiones que impidieron durante cerca de ocho años la venta de departamentos. Para que ellos retiraran las demandas que presentaron ante el Tribunal de Justicia Administrativa, se firmó un convenio ante el Instituto de Justicia Alternativa. 

Del cumplimiento de esos acuerdos dependía que los desarrolladores pudieran seguir adelante con la venta de departamentos. Sin embargo, ninguna autoridad asumió la vigilancia de tales compromisos y simplemente dieron por perdida la causa. 

Desde el gobierno del estado el argumento en torno al caso ha sido que lo importante es recuperar la inversión de los institutos de Pensiones del Estado y Jalisciense de la Vivienda, pero tampoco en ese punto hay claridad, pues los 200 millones que se habían comprometido como pago inicial se redujeron a 20 millones. El resto se condicionó a la venta de departamentos. 

En torno a la Villa Panamericana en los últimos dos años ha habido omisiones graves de las autoridades de las tres esferas de gobierno. Pero lo que ha sido más evidente es que, con su silencio, su falta de acción y su dejar pasar, el actual gobierno de Zapopan se convirtió en el principal aliado de los desarrolladores. 

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