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Los fracasos en la agenda del agua

El Área Metropolitana de Guadalajara llega una vez más a una conmemoración del día mundial del agua sin muchas razones para festejar, pues se acerca el estiaje con la incertidumbre de si nuevamente se enfrentarán problemas para el abasto. 

De hecho, dos de los grandes compromisos del actual gobernador, que no se han concretado, tienen que ver con el agua. Uno de ellos es el saneamiento del río Santiago y el otro sobre la solución definitiva al abasto. 

El 7 de diciembre de 2018, apenas estrenado como gobernador, Enrique Alfaro Ramírez anunció que se pondría en marcha el Plan Integral de Saneamiento y Rescate del Río Santiago, que implicaría una inversión de casi 3 mil 500 millones de pesos a lo largo de su administración. Aseguró que el rescate se haría “con presupuesto federal o sin él”. 

En enero de 2020 el mandatario rindió un informe sobre la situación del río, a propósito de la publicación que hizo el periodista José Carlos Toral, sobre un estudio que la Comisión Estatal del Agua escondió alrededor de 10 años, el cual revelaba el grave daño a la salud de niños que viven en las inmediaciones del río. 

En esa ocasión, el mandatario aseguró que ese estudio no formó parte de la entrega recepción de documentos y también anunció, entre varias acciones más, la primera etapa del Registro Estatal Único de Descargas y Aportes Contaminantes, así como el plan de cierre del relleno sanitario de Los Laureles, para frenar la filtración de lixiviados y otros contaminantes. 

En febrero de 2020 la Comisión Interamericana de Derechos Humanos emitió la resolución 07/2020 para otorgar medidas cautelares a favor de los pobladores de las zonas aledañas al río Santiago, tomando en cuenta resultados de estudios que demuestran “altos porcentajes de indicios de enfermedades renales, presuntamente derivadas de la exposición a contaminantes presentes en el río Santiago y sus entornos, además de la detección de pesticidas en la orina de niñas y niños”. A eso se suma la muerte de al menos 28 personas por enfermedades derivadas de la contaminación, señaló. 

Casi un año después, en marzo de 2021, el gobernador cambió su discurso sobre este tema y pidió al gobierno federal hacerse cargo. “La verdad es que creemos que todavía la autoridad federal tiene mucho por hacer, se requiere de una inversión mucho mayor, de un esfuerzo sostenido en el tiempo y que evidentemente un gobierno subnacional no puede solo con un reto de esta dimensión”. 

En cuanto al tiradero de Los Laureles, desde finales del año pasado dejó de recibir basura; sin embargo, las labores de saneamiento tampoco se han realizado. 

En lo que se refiere al abasto de agua, el año pasado el Área Metropolitana de Guadalajara vivió una de sus peores crisis durante el estiaje, debido a errores en la operación y la falta de desazolve de la presa Elías González Chávez por parte del Sistema Intermunicipal de los Servicios de Agua Potable y Alcantarillado. 

Al llegar a su peor nivel, la presa dejó de abastecer a decenas de colonias, que además se enfrentaron a una muy deficiente atención por parte del Siapa para garantizarles el servicio, aunque fuera a través de pipas. 

La semana pasada el gobernador Enrique Alfaro declaró que este año no será necesaria la suspensión del servicio. Sin embargo, del año pasado a la fecha no ha habido ninguna acción contundente para garantizar que todos los habitantes de la metrópoli tengan agua. 

A lo anterior se suma el fracaso en sus negociaciones con el gobernador de Guanajuato, Diego Sinhué Rodríguez, para retomar el proyecto de El Zapotillo, que terminó en un cambio radical del proyecto, el cual depende ahora exclusivamente de la voluntad del gobierno federal. 

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