INICIO > OPINION
A-  | A  | A+

José Luis Arana Aguilar, desaparecido

En mi columna anterior afirme que José Luis Arana Aguilar, desaparecido desde el 17 de enero de 2011, había sido localizado. Fue un error lamentable que ahora aclaro y por el reitero mis disculpas a la familia Arana Aguilar. José Luis sigue desaparecido desde aquel 17 de enero de 2011, día aciago cuando salió de su casa a bordo de su camioneta, rumbo a su trabajo, sin imaginar que este sistema, violentamente, lo arrancaría de su familia, amigos y vecinos. 

Nadie sospechaba, menos él, que en su cuerpo se cebaría el terrible hecho de la desaparición forzada que tiene en vilo a este país, pero que a las autoridades no les quita el sueño y hasta se ofenden cuando los familiares, con miradas y ademanes destituyentes, les reclaman y exigen que hagan lo que les corresponde por ser los funcionarios públicos encargados y responsables de la seguridad de la población. Pero esa responsabilidad es solo un decir porque, si fuera cierta, José Luis, igual que los más de 16 mil desaparecidas y desaparecidos de Jalisco, así como los más de 100 mil que hay en el país y todos sus familiares, podrían haber seguido desarrollando sus proyectos de vida con relativa tranquilidad. 

En enero de 2011, cuando José Luis fue desaparecido en el municipio de Tonalá, tenía 34 años. Once años después su madre y sus hermanos no saben de su paradero a pesar de la intensa búsqueda que desde entonces han desplegado por muchos rumbos de Jalisco y México. Han sido 11 años de dolor, de noches de angustia y miedo durante los cuales su madre, María Guadalupe Aguilar Jáuregui, después de muchas denuncias, protestas públicas y desprecios ha logrado hablar con gobernantes y funcionarios de todos los niveles: presidentes de la República, gobernadores y procuradores de Justicia. Ninguno de ellos ha querido hacer lo necesario para localizarlo. Ni siquiera un buen trato han recibido de ellos. Lo poco que han sabido de él ha sido producto de las indagaciones que han realizado la familia y la asociación Familias Unidas por Nuestros Desaparecidos Jalisco (Fundej). 

Ese amor que derrochan especialmente las madres hace posible que por su voz hablen sus hijas e hijos desaparecidos. En este caso, desde el lugar donde se encuentra, así habla José Luis: 

Soy José Luis Arana. 

Yo soy una víctima más de desaparición forzada, víctima de un sistema corrupto y decadente. Soy de los ausentes, soy alguien que salió de su casa y ya no pudo volver y ya no pudo estar al lado de su familia. Soy un rostro en una alerta de búsqueda, en un volante, en un cartel, en una lona, en un video… 

Yo soy el nombre que todos gritan en las marchas, exigiendo mi presentación en vida… 

Yo soy una publicación esperando ser compartida… Soy una lágrima en una mirada triste, soy la plegaria que cada noche musitan unos labios antes de dormir. Soy una oración, una plegaria en los labios de mi madre… Yo soy una búsqueda permanente, soy un recuerdo imborrable, soy una esperanza que nunca morirá, soy la búsqueda colectiva en los montes, llanos, desiertos, ciudades, penales, hospitales y semefos. 

Hoy a 11 años mi madre y mi familia continúan en mi búsqueda desde aquel día que me separaron de su lado. Hoy a 11 años no pierdo la esperanza de volver a reunirme con ellos y calmar el dolor y sufrimiento de mi madre que nunca se rendirá y que cada día lucha por no caer en la resignación (https://www.zonadocs.mx/2022/01/17/11-anos-de-buscar-a-pepe/). 

[email protected]

jl/I