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Cumbre de las América y exclusión

Las declaraciones del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) en torno su posible ausencia de la 9.ª Cumbre de las Américas a celebrarse en la ciudad de Los Ángeles, California, del 6 al 10 de junio, han causado diversas respuestas de los países de la región, como ya lo hicieron los mandatarios de Argentina, Bolivia y Honduras. 

El subsecretario de Estado para el Hemisferio Occidental, Brian Nichols, reveló que algunos países latinoamericanos no serán invitados por su “falta de respeto a la democracia” (Cuba, Nicaragua y Venezuela). No incluir a esos tres países está fundamentado en su falta de compromiso con la Carta Democrática de las Américas, la Carta de la OEA y las declaraciones de Quebec y Lima. 

Ante la llamada “tercera ola autocrática” que está ocurriendo en estos días en el mundo, varias naciones latinoamericanas han tenido retrocesos en la calidad de sus democracias. México no es la excepción: de acuerdo con el Índice Democrático elaborado por The Economist, México está en el lugar 86 de 167 y añade que “ahora se clasifica como un ‘régimen híbrido’ en lugar de una ‘democracia defectuosa’, y las tendencias… sugieren que es probable que se produzca una mayor erosión de la democracia de México a medida que se acercan las elecciones presidenciales de 2024”. 

Por su parte, Nicaragua está en el lugar 140; Cuba, en el 142, y Venezuela, en el 151. El informe anota que “El compromiso cada vez más débil de América Latina con una cultura política democrática ha permitido que prosperen populistas antiliberales, como Jair Bolsonaro en Brasil, Andrés Manuel López Obrador en México y Nayib Bukele en El Salvador. Esta tendencia también ha fomentado regímenes autoritarios en Nicaragua y Venezuela”. 

La organización Freedom House califica el acceso de las personas a los derechos políticos y las libertades civiles en 210 países: desde el derecho al voto hasta la libertad de expresión y la igualdad ante la ley, que pueden verse afectadas por actores estatales o no estatales. En su informe 2022, los tres países son considerados como “No libres”: en una escala de 0 a 100, Nicaragua tiene 23 puntos; Venezuela, 14; y Cuba,12 puntos. México es considerada “parcialmente libre”, con 60 puntos. 

En el Índice de Estado de Derecho 2021, de 139 países, Nicaragua se sitúa en el lugar 131; Venezuela, en el lugar 139; y por la imposibilidad para obtener información, Cuba no está contemplada, dado que se elabora con información de las experiencias y percepciones tanto del público en general como de los profesionales y expertos legales de los 139 países contemplados. 

Human Rights Watch advierte que Cuba reprime y castiga toda forma de disidencia y crítica pública; que Nicaragua ha desmantelado los controles institucionales sobre el poder presidencial, donde arrestan y enjuician a críticos del gobierno y opositores políticos, a candidatos presidenciales, periodistas, abogados y líderes de grupos comunitarios, empresariales y estudiantiles; y Venezuela ha incurrido en ejecuciones extrajudiciales y desapariciones forzadas, ha encarcelado a opositores, procesado a civiles en tribunales militares y reprimido a manifestantes. 

Con estas credenciales es entendible que el país anfitrión se niegue a invitarlos a la cumbre; en especial cuando la convocatoria se basa en el “respeto común por la democracia, las libertades fundamentales, la dignidad del trabajo y la libre empresa”. De ser invitados, también habrá de esperarse reacciones de los otros países que acudirán (recordemos los desencuentros suscitados en la reunión de la CELAC). 

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