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Construcción desde la colectividad

¿Cómo pueden protegernos quienes nos agreden? ¿Cómo podemos confiar en que el Estado nos proteja si es quien nos violenta? Estas preguntas han realizado periodistas y personas defensoras de derechos humanos de Jalisco durante el séptimo Foro de Diálogo llevado a cabo en Guadalajara, con la finalidad de construir la iniciativa de ley general de prevención y protección ante agravios a personas defensoras de derechos humanos y periodistas.

Si bien inicialmente para los Foros de Diálogo no se consideró a Jalisco, el espacio terminó contando con la mayor participación de todos los foros realizados en el país, lo que en realidad no sorprende ante la situación de violencia e inseguridad generalizada en el estado, la impunidad y el clima de hostilidad en el cual se realiza la labor periodística y de defensa de los derechos humanos. A pesar de esto, el secretario general de Gobierno y el fiscal del Estado, quienes dieron su discurso al inaugurar el evento, brillaron por su ausencia en el resto del mismo.

De acuerdo con los datos proporcionados por la Secretaría de Gobernación, Jalisco ocupa el sexto lugar a nivel nacional en cuanto al número de personas incorporadas al Mecanismo Federal de Protección, con 81 personas defensoras y ocho periodistas. Asimismo, se informó que en 65 por ciento de las agresiones documentadas se identificó la participación de personas servidoras públicas.

Ante los crecientes ataques en contra de personas defensoras y periodistas se recalcó la ausencia del Estado para garantizar condiciones seguras para ejercer su labor. Además, se señalaron las deficiencias del Mecanismo de Protección tales como su inaccesibilidad, poca capacidad operativa y lentitud para responder ante situaciones de riesgo, así como la desconfianza, la falta de transparencia y de rendición de cuentas. Se cuestionó la viabilidad de generar una ley general, puesto que aún con el reforzamiento de los procesos de coordinación entre las autoridades, las acciones seguirán dependiendo de la voluntad política que no ha existido, sobre todo frente a los esquemas de colusión con el crimen organizado.

A nivel estatal, a pesar de la aprobación en 2016 de la Ley para la Protección de Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas, misma que no fue consultada con las personas beneficiarias y no consideró las características del contexto de Jalisco, no se ha logrado consolidar una política pública en la materia.

En 2017 se asignó a la Secretaría Técnica de la Comisión Ejecutiva Estatal de Atención a Víctimas Jalisco como responsable de dar seguimiento a esta ley; sin embargo, no es claro por qué este cargo se mantiene, cuando la CEEAVJ ha sido completamente rebasada en su capacidad para atender a las víctimas frente al contexto de violencia. A más de cinco años no existen informes oficiales sobre la situación que enfrentan personas defensoras y periodistas, no hay mecanismos de rendición de cuentas y se desconocen las acciones realizadas. Tampoco se ha buscado un acercamiento con las personas beneficiarias por parte del Consejo Consultivo creado con base en la ley, y no se cuenta con información sobre sus sesiones, acciones, acuerdos o recomendaciones.

Hoy, ante este panorama, es necesario generar una cultura de reconocimiento de la labor de personas defensoras y periodistas en la sociedad. El periodismo crítico o la defensa de los derechos no deben ser reducidos a meros actos alborotadores, o de reventar el orden y verdades oficiales, sino como acciones que buscan abonar a la verdadera construcción de un mundo con justicia y dignidad donde cabemos todas las personas.

En este sentido, durante el conversatorio Políticas eficaces para la garantía del derecho a defender derechos humanos y a la libertad de expresión, realizado el miércoles pasado, uno de los puntos compartidos fue la fuerte necesidad de construir comunidad. Si bien existen distintas posturas y formas de lucha para cambiar nuestro entorno, las acciones en unión adquieren más fuerza, sobre todo porque queda cada vez más claro que la respuesta no va a llegar solamente desde las instituciones, sino que la apuesta siempre será desde la colectividad.

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