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Austeridad franciscana y salud mental

En definitiva, no hay salud sin salud mental 

-OMS 

La Organización Mundial de la Salud (OMS), a través de su recientemente presentado Informe mundial sobre salud mental – Transformar la salud mental para todos, reconoce que la depresión y la ansiedad aumentaron 25 por ciento durante el primer año de la pandemia de Covid-19. Los nuevos enfermos se sumaron a casi mil millones de personas que ya sufren algún trastorno mental, lo cual ratifica la importancia de proteger a aquellos expuestos a riesgos y de promover la salud mental para todos. 

El documento también reconoce que para transformar los servicios de salud mental debe existir un compromiso que se traduzca en acciones con un financiamiento adecuado y en un crecimiento del personal especializado en salud mental. 

Estos señalamientos coinciden con la entrada en vigor en México de la reforma de la Ley General de Salud en materia de salud mental y adicciones. 

Esta reforma tiene aspectos sumamente importantes y trascendentes para que al fin las y los mexicanos puedan ejercer a plenitud su legítimo derecho a la salud mental en centros de salud, hospitales generales y hospitales de especialidad, donde se deben brindar servicios públicos de prevención, promoción, evaluación y diagnóstico, intervención y rehabilitación.  

Estos servicios deberían diseñarse e implementarse con perspectiva intercultural, pertinencia lingüística y perspectiva de género, lo que incluye el trato sin discriminación y con respeto a la dignidad de las personas. 

Sin embargo, los artículos segundo y cuarto transitorios de la reforma precisan que la “ejecución y cumplimiento de las disposiciones contenidas en el (…) decreto se realizarán de forma gradual y progresiva, en los tres niveles de atención, considerando los recursos disponibles”. Además, establecen que “las erogaciones que se generen con motivo de la entrada en vigor del (…) decreto se realizarán con cargo al presupuesto autorizado de los ejecutores de gasto correspondientes, y en caso de que se realice alguna modificación a la estructura orgánica de los mismos, ésta deberá realizarse mediante movimientos compensados conforme a las disposiciones jurídicas aplicables, por lo que no se autorizarán ampliaciones a su presupuesto para el presente ejercicio fiscal ni subsecuentes”. 

Ante esas condicionantes se puede inferir que la reforma quedará en el papel y que las y los mexicanos seguiremos contando con servicios públicos de salud mental insuficientes, de baja calidad, excluyentes y éticamente incongruentes, agravados por la desaparición de los hospitales psiquiátricos. 

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JB