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En la era de las ‘fake news’

Este lunes, el italiano Tommaso Debenedetti creó la noticia falsa sobre la supuesta muerte del papa emérito Benedicto XVI. 

Debenedetti creó una cuenta falsa con el nombre del director de la Conferencia Episcopal de Alemania, Georg Bätzing. 

Desde esa cuenta falsa, este italiano, quien suplantó la identidad de Bätzing, anunció en distintos idiomas la supuesta muerte del papa Benedicto XVI, quien renunció al cargo como pontífice en febrero de 2013. 

Los medios anunciaron que en la cuenta de Twitter de Bätzing se confirmaba el deceso, aclarando que ni el papa Francisco ni el Vaticano habían dado a conocer la muerte de papa Benedicto XVI. 

Luego Debenedetti confirmó que él creó la noticia falsa que en cuestión de minutos recorrió el mundo. 

Del hecho lo que me sorprende es que Tommaso Debenedetti sea citado en medios como periodista italiano; también se destaca que le gusta que le llamen el maestro de las fake news. Primero, un periodista tiene un compromiso con la verdad y con la información, por lo que promocionarlo como periodista no habla bien de los medios. 

En todo caso, Debenedetti es un influencer que a partir de suplantar la identidad del director de la Conferencia Episcopal de Alemania generó una noticia falsa. 

No es la primera vez que Debenedetti genera noticias falsas a partir de anunciar la muerte de personajes como Mario Vargas Llosa, Pedro Almodóvar, Fidel Castro, J. K. Rowling y Gabriel García Márquez. 

A partir de la creación de noticias falsas se ha ganado un espacio en la prensa internacional, pero qué es lo que abona Debenedetti, pues la discusión sobre la verificación de las noticias que se publican en los medios de comunicación. 

De las fakenews primero hay que entender que son un negocio, como ya lo dijo Marc Amorós (2018), pero antes de avanzar definamos este término que cumple, este 2022, seis años dentro del diccionario en inglés Collins, que en 2017 dio a conocer que la Palabra de Año era fake news. 

“Una información falsa y a veces sensacionalista que se presenta como un hecho y que se publica y se extiende por internet” (Quin, 2017, citado en La primera fake news de la historia). 

Este término se popularizó durante 2016, en particular en la campaña electoral por la Presidencia de Estados Unidos, cuando circularon en redes sociales noticias falsas sobre la candidata demócrata Hillary Clinton y el republicano Donald Trump. 

Y desde hace seis años, las noticias falsas viven su mejor momento, esto debido a la viralidad que otorgan las redes sociales. 

Regresando al negocio que representan las noticias falsas, la DW dio a conocer en 2021 que en Europa las noticias falsas recibieron aproximadamente 62 millones de euros al año en publicidad. 

A la economía mundial, las noticias falsas le cuestan 63 mil millones de euros; estos datos fueron dados a conocer por la DW. 

Si entendemos a las noticias falsas como un negocio nos es más sencillo pensar el porqué de su potencial viral y cómo es que se replican. 

Las noticias falsas no son sólo las que anuncian la muerte de celebridades, pueden discutir hasta la existencia de reptilianos e incluso influir en nuestras democracias. 

De ahí la importancia de que como audiencias utilicemos un pensamiento crítico y que los medios utilicen los principios de la verificación de noticias, ya en 2015 el Instituto Poynter for Media Studies publicó una serie de consejos para verificar la información que como periodistas podemos emplear y difundir en las redes sociales y en los medios de comunicación. 

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jl/I