INICIO > OPINION
A-  | A  | A+

Lo bueno de la 4T

Hoy le cambio la tonada habitual de la columna. Hoy escribo sobre una de las aportaciones que ha hecho al país la administración del presidente López Obrador. Por supuesto que, en el balance final, estoy convencido de que el presente gobierno ha resultado nefasto en términos económicos, pero tampoco es cierto que todo lo que se ha hecho está mal. 

Empecemos por el acierto que el mismo presidente reconoce como uno de sus mayores logros: el incremento al salario mínimo. A finales del gobierno de Peña Nieto el salario mínimo en el país estaba en 88 pesos diarios. Unos 2 mil 641 al mes. En cuatro años, el salario mínimo en México pasó a casi 173 pesos, un incremento nominal de 94 por ciento. 

Por supuesto que la inflación se comió parte de esos incrementos. La inflación acumulada entre que Peña Nieto dejó el poder y julio pasado es de 22.16 por ciento, lo que significa que el valor real del salario creció en estos cuatro años 59.5 por ciento. Un promedio de 18 por ciento por año. Todo un récord. 

Es un tema de justicia que las personas que trabajan puedan tener ingresos suficientes para mantener a sus familias. Y es un logro que debe reconocérsele al actual gobierno. Mire cómo estaba la cosa que desde 1999 el salario mínimo no crecía en términos reales. 

Por eso la política de AMLO de incrementar agresivamente el salario mínimo sí vino a romper una tendencia al estancamiento de casi 20 años. El problema es que esos incrementos salariales no puedan repetirse a todos los trabajadores. Es decir, sube el salario mínimo, pero no sube el salario de todas las personas. Si usted gana más de un salario mínimo, entonces no ha recibido esos elevados incrementos. 

Si por año le subieron 4 por ciento en promedio, entonces diga que le fue bien. 

Lo que vemos en el mercado laboral es que esos incrementos fabulosos en el mínimo provocan que más y más gentes ganen ahora un salario mínimo. Es decir, al subir el mínimo estamos subiendo el límite inferior de lo que una persona puede cobrar, pero no significa que suba en la misma proporción para todos. 

Según la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) en México tenemos más de 56 millones de personas en la población económicamente activa (PEA), pero ganando hasta un salario mínimo unos 19 millones. Esos 19 podrán decirse beneficiados por la política gubernamental de incrementos en el salario mínimo. El resto, no. 

Otro detalle: los incrementos que decreta la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos benefician a quienes trabajan en la economía formal, es decir, a poco menos de la mitad de la PEA; la otra mitad que trabaja en la informalidad ni enterada de que ya subió el salario. 

En general ha sido una de las políticas acertadas de este sexenio, pero a cuatro años de gobierno resultan insuficientes. Si la economía mexicana no crece, entonces no crecerán de forma natural el resto de los salarios. Y el margen para seguir subiendo los salarios mínimos por decreto se irá terminando. 

Una economía en estancamiento no hará que los salarios y su poder de compra se recuperen de manera sana y sostenida. 

*Economista, profesor en la UP en Guadalajara

Twitter: @Israel_Macias

jl/I