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Despertares complace a 10 mil espectadores 

(TALENTO. Los Hernández reforzaron su cariño mutuo con México en una noche inolvidable. Foto: Alex López)

Todos querían más. Público y bailarines se negaban a dejar el recinto de Reforma tras dos horas y media de danza irrepetibles. Era imposible que sucediera de otra manera. El reencuentro de Isaac y Esteban Hernández con el público mexicano desbordó las emociones guardadas por casi tres años. El Auditorio Nacional vibró y, además de los artistas, la gente se paró de sus butacas y bailó en los minutos finales de la función de este sábado: casi 10 mil personas. Nadie se quedó de pie. Así fue Despertares 2022, un pretexto para agradecer que seguimos vivos. 

En punto de las 20 horas con 31 minutos, con casi todas las personas ocupando ya su localidad, Isaac Hernández salió de detrás del telón y el público lo ovacionó. El tapatío agradeció a los asistentes por creer en el arte como único transformador de la sociedad, y también les dijo que esa función era posible gracias a todos y cada uno de ellos. 

Tras desaparecer entre aplausos de nuevo, se abrió el telón para dar inicio a una de las funciones más entrañables de 'Despertares', que incluyó danza clásica, contemporánea, Funk, hiphop, ritmos reinterpretados de tango y africano, y música popular latinoamericana. 

Pero lo que más sonó fueron los aplausos y vítores del público, que se mostró agradecido y cómplice en cada número entregado por Isaac y Esteban Hernández y sus invitados para una noche inolvidable.  

MOMENTOS ENTRAÑABLES 

Seis bailarines ataviados al estilo callejero de cualquier ciudad de Estados Unidos aparecieron en el escenario y desde el primer movimiento atraparon al público. Se trató de Guetto Funk Collective, cuyos integrantes mostraron su destreza en el hip hop y ritmos urbanos, pero el que sin duda se robó el corazón de los espectadores fue Joshua Markiet, un adolescente tan hábil como expresivo. Imposible no hacer reminiscencias al legado de Michael Jackson y sus shows en el ideario popular. 

Uno de los momentos más esperados de la noche no se hizo esperar mucho: Isaac Hernández hizo su primera intervención en compañía de Mayara Magri para un pas de deux de Don Quijote. El tapatío arrancó los aplausos, suspiros y gritos de “¡bravo!” del público en uno de los números que es su favorito de ejecutar.  

Tocó el turno de uno de los bailarines que más impacto causó en el auditorio: el español Chey Jurado, quien ofreció The Weight of Gold y con esta pieza toda su destreza en el baile urbano, que se antojó más de danza contemporánea con expresividad en cada músculo de su cuerpo, demostrando que hasta cuando se da ligeramente la espalda al público hay comunicación en la danza.  

Llegó otro de los momentos esperados por los fieles a la familia Hernández: Esteban, primer bailarín del San Francisco Ballet, apareció en el escenario junto a una Misa Kuranaga exquisita, perteneciente a la misma compañía. El también tapatío no sólo mostró todas sus cualidades interpretativas en la coreografía de Balanchine para el Pas de deux de Tchaikovsky, sino que hizo lucir a su compañera de una forma casi angelical. El público respondido conmovido en aplausos. 

El diseño del programa permitió a la concurrencia disfrutar tanto de la danza clásica como de otros ritmos. Sorprendieron a continuación tres ejecutantes con la pieza Awáa, en la que Siphesihle November, Jonathan Alsberry y William Briscoe enloquecieron al público con movimiento de prefecta coordinación en giros de cadera y de vientre, además de braceo para su coreografía diseñada por Azsure Barton, que fusionó los ritmos africanos con la danza urbana. 

Llegaron enseguida las Black words con Isaac Hernández y Chyrstyn Mariah Fentroy, una pieza de ballet clásico moderna en la que el ahora primer bailarín del San Francisco Ballet conmovió hasta las lágrimas. 

Antes del intermedio, Mabinty –a quien también se conoce como Michaella– DePrince y Francesco Frola regalaron otro momento de danza clásica con un pas de deux de Diana y Acteón que resultó profundo y contundente: la habilidad de la bailarina para sostenerse sobre uno de sus dedos del pie sorprendió tanto como la destreza del bailarín para hacer uso de cada pieza de su cuerpo. La pareja hizo una integración perfecta. 

Luego del intermedio, que pareció un poco largo para los presentes y lo demostraron a fuerza de varios tantos de aplausos, llegó a la duela del Auditorio Nacional una de las parejas consentidas del público mexicano: los Lombard Twins, quienes ofrecieron tap en su primera intervención a ritmo de tango con música de Astor Piazzolla. Volverían después con otra pieza del mismo compositor, pero esta vez con su mezcla de hiphop y ritmos urbanos. En ambas intervenciones, pobladas de energía que se desbordó en sudor captado hasta por las cámaras del Auditorio, el público se les entregó rendido. 

Con un pas de deux de El corsario llegó otro de los momentos exquisitos del ballet clásico, regalado por Brooklyn Mack y de nuevo la japonesa Misa Kuranaga. La ejecución fue sublime. 

La española Dores André hizo su debut en México para acompañar a Esteban Hernández en su segunda intervención en esta gala de Despertares 2022. Ambos ofrecieron una energética coreografía de Justin Peck titulada Hurry up, we are dreaming!, en la que lucieron las técnicas del ballet clásico moderno con fuerza y frescura.  

Lo que a continuación vio el público sin duda lo recordará como uno de los más grandes momentos de la noche: música, canto y danza unidos con una originalidad conmovedora: la cantante mexicana Geo Meneses, el trío argentino-mexicano Los Macorinos y el bailarín español Chey Jurado mezclaron sus lenguajes para crear uno nuevo en la interpretación de Veinte años, un bolero de María Teresa Vera. Nadie daba crédito a lo que sucedía en el escenario. Nadie pudo dejar de sentir la piel chinita. 

Para regresar las emociones a su lugar, y prepararlas para el número final, en las pantallas del Auditorio se proyectó un video nuevo con la semblanza de Isaac y Esteban. Quienes han seguido su carrera sabían que era la antesala de lo que los hermanos hacen en cada función: reunirse en el escenario para bailar la coreografía que Stephan Toss creó para ellos: My way. “No me canso de verla”, dijo una señora a sus dos hijas, a quienes llevó por primera vez a que la acompañaran, luego de que ella misma ha acudido en tres ocasiones anteriores. 

El momento fue emotivo como en cada ocasión, pero sin duda el abrazo final fue más significativo para cerrar tres años de sequía en los escenarios mexicanos para la pareja de hermanos. Al final el público aplaudió de pie por varios minutos. El tema del encore que sirve siempre para despedir a los artistas tuvo que ser tocado dos veces. Nadie quería irse. 

Virtual

Acorde con los tiempos, el programa de mano fue entregado en una tarjeta con un código de barras para ser escaneado. Algunos de los asistentes no pudieron leerlo en ese momento, por lo que fue una sorpresa mayor cada número de la función.

jl/I