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Oscuridad

Difícilmente sabremos con certeza qué pasó en esa sesión.

Y no es que veamos el futuro, sino que este miércoles los diputados, concretamente los de la Junta de Coordinación Política, y más en específico los del Movimiento Ciudadano, Movimiento Regeneración Nacional y Verde Ecologista levantaron la mano para que funcionarios involucrados en el caso del homicidio de Luz Raquel Padilla comparezcan en privado ante el Poder Legislativo.

Cal y lodo decidieron echar a las puertas para que nadie más que ellos escuchen lo que tienen que decir sobre este manoseado caso el fiscal estatal, Luis Joaquín Méndez; la titular de la Secretaría de Igualdad Sustantiva, Paola Lazo; el director de Delitos de Violencia contra las Mujeres en Razón de Género y Trata de Personas, Jorge Baltazar Pardo, y el comisario de Zapopan, Jorge Alberto Arizpe.

El argumento esencial para haber tomado la decisión de que nadie –ni colectivos ni familiares ni medios de comunicación… nadie– más que los propios diputados estén presentes es evitar que Luz Raquel sufra una victimización secundaria.

(Que, por cierto, es una forma de violencia institucional que se refiere a la nula o inadecuada atención que recibe la víctima, una vez que entra en contacto con el sistema de justicia y se refuerza así la posición de víctima en la persona afectada y causa daños psicológicos, sociales, judiciales y económicos).

De saque, tal vez algunos creeríamos en sus buenas intenciones. Pero Luz Raquel ya sufrió esta victimización, por ejemplo, a manos de la fiscalía, al mostrar avances de las investigaciones cuando aún están en curso, cuando sugirieron que ella había sido su victimaria; o cuando, aún viva, poco pasó tras el ataque –que sí ocurrió– de su vecino, quien le echó una sustancia química que le causó lesiones en el tórax. ¿Y a cuántos de los diputados les importó?

¿Cómo podemos creerles que quieren proteger a Luz Raquel, a su hijo, a su familia, si se han encargado una y otra vez de enseñarnos el material del que están hechos, de la indolencia hacia las víctimas, del gusto que tienen por la vacuidad de las fotos y los reconocimientos cuando afuera de su casa, del palacio legislativo, el terror sigue ocurriendo?

Cuando recién fue asesinada Luz Raquel lancé un tuit. En más o menos palabras escribí que en esos momentos era cuando todas las diputadas, en bloque, unidas, debían salir a dar un posicionamiento, porque entonces de qué servía el tan presumido Congreso con más mujeres en la historia de Jalisco.

Varias de ellas o sus asesores, empleados o defensores contestaron. “Esta diputada sí lo hizo”, “Esta diputada ya se posicionó”, “Esta diputada ya hizo tal cosa”. No entendieron o no quisieron entender aquello de la unión, de un bloque, de una muestra de fuerza dentro del Congreso. Era el momento. Se necesitaba.

Y fue precisamente entre esas respuestas que, por ejemplo, la diputada Gabriela Cárdenas (del distrito 6) me señaló: “Vamos a pedir que comparezca ante el Congreso de Jalisco el comisario y el fiscal para que la #JusticiaParaLuz llegue”. Algo de esperanza hubo entonces.

Cuarenta días después, el partido al que pertenece la legisladora, MC, votó a favor de que lo que se trate en este encuentro no lo conozcamos.

La comparecencia es para saber lo que los llamados a comparecer hicieron o no en torno al feminicidio, no para lo que hicieron después, que eso ya se encargó de divulgarlo la fiscalía, a su modo y en sus términos.

Y lo que de fondo se refleja en el malestar de asociaciones, colectivas, grupos de apoyo y sociedad civil es la desconfianza en las autoridades. La certeza de que, de una u otra forma, se encargarán de anular a las víctimas, no importa si es un asesinato, una desaparición, un feminicidio.

Borrarlas.

Twitter: @perlavelasco

jl/I