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¿Y la planta de reciclaje?

El gobierno de Tlajomulco prometió una planta de reciclaje desde el año pasado, una solución alternativa para el problema de la basura y la falta de un relleno sanitario metropolitano. 

La propuesta sonaba muy novedosa y atractiva, pues además de los beneficios ambientales, el ayuntamiento no iba a invertir recursos en la construcción, solo entregaría en comodato un terreno para que una empresa construyera la infraestructura necesaria para procesar al menos el 90 por ciento de los residuos que genera Tlajomulco. 

Incluso el municipio iba a salir ganando económicamente, pues el contrato firmado en octubre de 2021 señala que la empresa RCRWTE de México pagaría 200 pesos al gobierno por cada tonelada de residuos que la empresa venda para su aprovechamiento. 

El documento ponía el plazo de ocho meses para construir la planta de reciclaje, plazo que ya se cumplió. 

Pero en los hechos, la construcción ni siquiera ha comenzado. 

El predio que el ayuntamiento dio en comodato a RCRWTE de México, conocido como La Cajilota y que tiene más de 7 hectáreas de extensión, está siendo ocupado por la concesionaria de la basura Caabsa Eagle como un tiradero irregular. 

Aunque el alcalde, Salvador Zamora, ha declarado públicamente que está presionando a Caabsa para que desaloje el predio y permita la construcción de la planta de reciclaje, todos los días siguen llegando camiones que descargan ahí los residuos que recolectan en Tlajomulco. 

Visitamos el predio el jueves pasado y es impresionante la cantidad de basura amontonada en el lugar. 

No existen medidas de mitigación ambiental, pues no hay geomembrana, ese plástico grueso que según la norma debe instalarse en el fondo de un relleno sanitario para evitar que los jugos de la basura, conocidos como lixiviados, se infiltren al subsuelo y contaminen los mantos acuíferos. 

De hecho, pasan dos cauces de agua a unos metros de las montañas de basura, los cuales lucen muy contaminados y existen dos pozos en el predio que extraen agua seguramente contaminada. 

Tampoco hay cobertura de la basura, como ocurre en cualquier relleno sanitario bien manejado, por lo que los desechos están expuestos a cielo abierto, lo que genera riesgos de incendio y la emisión de contaminantes a la atmósfera. 

Es decir, en lugar de tener una planta de reciclaje de primer mundo que permitiría procesar más de 750 toneladas de residuos en apego a la norma ambiental, tenemos un basurero irregular y contaminante. 

Llama la atención que el municipio no sea capaz de hacer cumplir la ley, pero es todavía más alarmante la omisión del gobierno de Jalisco, que tiene la obligación de inspeccionar y sancionar las ilegalidades sobre el manejo de residuos, a través de la Procuraduría Estatal de Protección al Ambiente, dependiente de la Secretaría de Medio Ambiente y Desarrollo Territorial. 

Es importante recordar que quien presentó en agosto del año pasado el proyecto de Caabsa de construir un nuevo basurero metropolitano en Tala, fue el jefe de Gabinete del gobierno de Jalisco, Hugo Luna Vázquez. 

La iniciativa fue suspendida por el rechazo de la gente de Tala, pero dejó en evidencia que, lejos de aplicar la ley y sancionar a una empresa que contamina impunemente, el gobierno estatal está negociando con Caabsa. 

Dinero y beneficio privado por encima del medio ambiente y la salud de los jaliscienses, mientras funcionarios viajan a la COP27 en Egipto, con recursos públicos, para presumir a nivel internacional los supuestos logros en materia ambiental. 

En fin, la hipocresía. 

Twitter: @jcrtoral

jl/I