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Gansitos asesinos y el diagnóstico pendiente 

Los daños al medio ambiente por la contaminación del río Santiago y el lago de Chapala son innegables, pero sigue siendo una polémica el impacto para la salud que tienen los agentes tóxicos que corren por estos cuerpos de agua. 

Durante la semana, el gobierno de Jalisco presentó un informe de resultados de la estrategia que ha llamado Revive el Río Santiago. En dicho evento, la coordinadora en materia de desarrollo social del Ejecutivo, Anna Bárbara Casillas, hizo varios intentos por menospreciar el daño para la salud de la contaminación. 

La funcionaria que tiene a su cargo la Secretaría de Salud inició su exposición con un diagrama con el que afirmó que el medio ambiente tiene menos de 20 por ciento de impacto en la salud y muerte de las personas, y más de 40 por ciento tendría que ver con el comportamiento individual y los hábitos. 

Posteriormente, afirmó que los problemas renales tan comunes en las comunidades de Poncitlán, como Mezcala, San Pedro Itzicán y Agua Caliente, tienen relación con la ingesta de gansitos y refrescos. 

No es menor el problema de la desnutrición en estas comunidades asentadas junto al lago de Chapala. El académico Felipe Lozano Kasten, de la Universidad de Guadalajara, tiene años de trabajo en la zona y ha demostrado que mejorar la alimentación de niñas y niños reduce de manera importante los problemas renales. 

Sin embargo, la información que presentó el gobierno de Jalisco puso el foco de atención y responsabilidad en la gente. Culpar a las personas por sus hábitos en lugar de reconocer la gravedad de la contaminación industrial que afecta la salud de las poblaciones. 

Ya han pasado cerca de tres años desde que el tema de la toxicidad del cauce escaló a nivel internacional. Desde febrero de 2020, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos emitió unas históricas medidas cautelares para exigir al Estado mexicano que atienda la salud de las poblaciones cercanas al río Santiago, en Juanacatlán y El Salto, y Chapala, en Poncitlán. 

El organismo también pidió la elaboración de un diagnóstico médico especializado, para determinar las afectaciones que genera la contaminación, una tarea que sigue pendiente. 

Es importantísimo que el gobierno del estado y el federal se coordinen cuanto antes para hacer un estudio amplio, general y a profundidad sobre los distintos daños a la salud que genera la contaminación. 

La gente que vive junto al río y el lago merece saber el verdadero riesgo al que se expone al habitar cerca de estos cuerpos de agua donde industrias vierten sustancias que se ha comprobado son tóxicas. 

Mientras siga pendiente este diagnóstico de salud, los esfuerzos para atender el problema seguirán siendo acciones sin rumbo. 

Ya existe un antecedente que reveló parte del tamaño del problema, aquel estudio realizado en 2010 por la Universidad Autónoma de San Luis Potosí que encontró daños en la sangre, problemas cognitivos y otras afectaciones a la salud de la población infantil que vive junto al río Santiago. 

Se necesita actualizar y dar seguimiento a esta investigación, profundizar sobre la distinta y variada gama de impactos a la salud sobre la contaminación, para superar los mitos, lugares comunes y medias verdades que siguen sosteniendo tercamente personajes con intereses políticos y económicos en detrimento del bienestar de la gente. 

Twitter: @jcrtoral

jl/I